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Forever and Always [BajiFuyu]

14. No prometo nada

Foxxxyy13

Hacia casi cinco minutos que Chifuyu le había enviado un mensaje para que fuera a su casa, se había asegurado que su madre no necesitase nada y había sido ella quien le había pedido que se fuera ya,  dónde tuviese que ir, que si necesitaba cualquier cosa le llamaría. Estaba más nervioso de lo que quería admitir. Nunca bajaba en ascensor, pero esta vez lo había cogido solo para asegurarse por decimoquinta vez que estaba presentable. Se plantó frente a la puerta de Chifuyu y pulsó el timbre. Chifuyu abrió la puerta, aún con su ropa puesta, algo que le gustaba más de lo que querría admitir y se echó a un lado para darle paso sin decir nada. El anfitrión cerró la puerta y  se dejó caer en el sofá, dando un par de golpes para indicarle que se sentase a su lado. Baji obedeció.

- Quiero acabar de tener la conversación de esta mañana. – dijo Baji por fin rompiendo el silencio. – No quiero que pienses cosas que no son.

- Tranquilo Baji, si has venido para eso puedo decirte que no hace falta. – la sonrisa forzada de Chifuyu era demasiado para Baji – Se perfectamente como son las cosas y como tienen que ser.

- ¿Y cómo tienen que ser?

- Tú y yo viéndonos solo cuando uno tenga ganas de el otro, sin hablar sobre las otras personas con las que nos vemos, durmiendo alguna noche juntos pero a la mañana siguiente se acaba la magia y cada uno por su lado.

- ¿Te estas viendo con otras personas? -preguntó Baji

- ¡No, claro que no! – dijo Chifuyu mosqueado. – No soy yo aquí la estrella de los rollos de una noche, ese eres tú.

- ¿Crees que me estoy viendo con alguien más? – espero a que Chifuyu asintiera y se echó una mano a la cabeza. - ¿Esto es por algo que te dijo Tora ayer cuando yo no estaba?

- Baji, no es Kazutora, es todo el mundo, vamos no te llaman el indomable Baji por nada.

- ¿Si yo no tuviera esa fama, seguirías queriendo lo mismo conmigo? – Chifuyu vaciló, señal suficiente para saber su respuesta. – Me lo imaginaba. ¿Estas asumiendo lo que busco contigo en base a una idea preconcebida por los fans que ni me conocen?

- Si, bueno. Dicho así suena estúpido, ¿verdad?

- Chifuyu, es normal que desconfíes, estoy seguro que la imagen que doy no es la de la persona que a ti te gustaría tener a tu lado. – Baji agarró la mano de Chifuyu. – Pero esto es lo que en realidad soy, un imbécil al que llevas gustándole desde, no se ¿primero de secundaria? – Esperó que Chifuyu no le tomase por un loco o un acosador, pero si quería que esto funcionase tenía que abrirse. – Cuando digo que quiero más que un polvo de una noche, no me refiero a lo que tu crees, me refiero a que realmente quiero que las cosas funcionen entre nosotros... - Quería dejar de hablar, veía la cara de asustado de Chifuyu y tenía miedo de cual podía ser su reacción. – No estoy hablando de una relación, eso sería ir demasiado rápido, pero si de intentarlo, de ver como de compatibles somos y esforzarme para hacer que te enamores de mi poco a poco.

- No vas a tener que esforzarte mucho. – Chifuyu se inclinó para besar delicadamente los labios del contrario. – Esperaba escuchar todo menos eso esta noche. No se bien que ve alguien como tú en mi, ni cuanto durará esta ilusión, pero si todo lo que has dicho lo piensas de verdad...

- Claro que lo pienso de verdad y se perfectamente lo que veo en ti. Eres bueno, sincero, tienes la cara y el cuerpo más bonitos que he visto en mi vida, podría pasarme horas divagando en tus ojos. – Chifuyu bajó la mirada pero eso no detuvo a Baji de seguir hablando, si quería que el chico confiase en él y dejase de idealizarlo tenía que abrirse completamente. – Eres una persona muy interesante, siento que podría hablar contigo de cualquier cosa y, por si fuera poca cosa, también eres increíble en la cama.

- Baji, yo...- Chifuyu vaciló un momento moviendo sus brazos intentando buscar las palabras. Al no encontrarlas cogió aire y procedió. – También creo que eres increíble, en todo. Me siento fatal de no haberme dado cuenta de tu existencia antes, pero desde que te conozco sentí como una chispa, un calor que me hace no querer separarme de ti. Te parecerá un tontería pero...

- Yo también me siento así, no es ninguna tontería. – Baji sonrió. - ¿Eso quiere decir que quieres ver hacia donde nos dirigimos y dejarte llevar? – Chifuyu asintió y Baji le abrazó entre sus brazos. – A partir del lunes no tendré mucho tiempo libre pero prometo pasar todo el tiempo que pueda contigo, no quiero que vuelvas a pensar cosas que no son.

- Intentaré no hacerlo. – Chifuyu sonrió y un pensamiento pasó corriendo por su cabeza, Baji no sabía que el martes era su cumpleaños, no había pensado si quiera en decírselo hasta ese momento, pero si la cosa iba a ponerse más sería quizá iba siendo hora de comentárselo. – Respecto a eso, el martes es mi cumpleaños, no creo que haga nada especial porque al día siguiente trabajo, pero estoy seguro que Takemichi, Hina e Inui se autoinvitaran a cenar, por si te quieres pasar.

- Suena genial y quizá podría... ¿Espera este martes, el 19? – Chifuyu asintió y la cara de Baji palideció por completo. – ¡Joder! Tengo una entrevista en un Late night en directo y tenemos que estar ahí desde las siete hasta las doce que acaba el programa.

- No te preocupes, parece divertido al menos. – sonrió para intentar no parecer decepcionado

- En absoluto, es un rollo, además es de estos programas que tienen las entrevistas super preparadas. Pero prometo comprarte algo que me recuerde a ti, aunque si hay algo que quieras con muchas ganas pídemelo y te lo conseguiré.

- El café ese tan caro que me comentaste. – sonrió Chifuyu.

- Si quieres vamos pero eso no es un regalo de cumpleaños.

- Vale más que la mayoría de los regalos que me han hecho a lo largo de mi vida, así que a mi  me vale.

Baji sonrió y le abrazó, le hubiese gustado quedarse toda la noche con él y aprovechar el tiempo de libertad que le quedaba pero su madre le necesitaba, así que se despidió con un beso y la promesa de que irían a tomar ese café pronto.

Subió las escaleras hasta el piso de su madre, esperando que siguiese despierta y no hubiese tenido ningún problema en su ausencia, no se extrañó al encontrársela nada más abrir la puerta en la mesa del comedor tejiendo.

- ¿Qué se supone que estás haciendo, mamá?

- Un gorrito que he visto en internet para Sasha, creo que le quedará monísimo. – dijo su madre levantando su labor para que pudiera verlo mejor.

- Deberías estar en la cama descansando.

- Keisuke, cariño, ya tendré tiempo de descansar cuando sea mayor. – Keisuke suspiró. - ¿Dónde habías ido?

- A ver a un amigo un momento, tenía que darle una cosa

- No has encendido la moto. – Baji no pudo evitar sonreír, había sacado el oído de su madre, de eso no había duda.

- Eso es porque estaba aquí al lado y era una tontería gastar gasolina. – Observó como su madre arqueaba una ceja. - ¿Por qué me miras así?

- Porque nunca te ha importado la gasolina, ni la distancia, cogías la moto hasta para ir a comprar ramen a la vuelta de la esquina.

Atrapado pensó Baji. No había heredado solo el oído de su madre también la intuición y la capacidad de deducción, aunque su madre le daba mil vueltas en ese aspecto. Nunca había podido engañarla, desde pequeño sabía si se había enfadado con Mikey, si había faltado a las clases de violín para ir a grafitear con Mitsuya o si se había metido en algún lio con Kazutora y lo peor es que no necesitaba abrir la boca para que lo descubriera. Había pasado mucho tiempo pensando que era él que no sabía ocultar las cosas pero ahora estaba seguro de que era una habilidad de su madre tras ver como hacía lo mismo con Draken, quien era la persona más difícil de leer que conocía. Se planteó buscar alguna excusa absurda, pero no tuvo que darle muchas vueltas, porque antes de que pudiera pensar en algo que dejase tranquila a su madre y evitase el bombardeo de preguntas, su madre lanzó la pregunta certera.

- ¿Cómo está Chifuyu?

- Supongo que bien, le gustó el vino que le regalaste, pero creo que ya te lo dije. – intentó esquivar la bala como pudo, pero la pregunta le había descolocado más de lo que debía. – Tampoco somos tan amigos.

- Disculpa entonces, pensaba que empezabais a ser buenos amigos. Es una pena porque ese chico es todo un amor.

Baji suspiró aliviado. Le contaría a su madre sobre Chifuyu pero ese momento no sería ahora y mucho menos si ni siquiera había salido del armario formalmente con ella. Se acercó a su madre para darle un beso pero tras dárselo le sorprendió con una colleja.

- ¿A qué viene eso? – dijo frotándose la nuca, llevaba tanto tiempo sin recibir una que había olvidado como se sentían las collejas de su madre. – Si lo he hecho todo bien, te he cuidado, he estado contigo, no te he dicho nada sobre la edad...

- No es de mi parte. – dijo su madre sin mostrar ninguna expresión en su rostro. – Al poco de irte me llamó Kazutora para ver como estaba, preguntó por ti y le dije que no estabas a lo que me dijo textualmente que si el imbécil de mi hijo no había ido a disculparse con Chifuyu le diese una colleja fuerte de su parte.

- No creo que fuese literal. - Por supuesto, la bocaza de Tora tenía que estar detrás de esto. – Y si lo era no tenías porque hacerle caso, ni el meterse en asuntos que no le importan.

- Parecía preocupado. ¿Ha pasado algo con el vecino?

- No te preocupes, mamá. – sonrió Baji. – Ya está todo bien, son mal entendidos por culpa de ser un personaje público, circulan muchos rumores falsos.

- ¿Cómo los de que te han visto despachando en una tienda de mascotas cerca de aquí? – su madre rompió a reír al ver la cara de su hijo. - ¿Asi que esos no eran tan falsos, no?

- No, ¡pero iba de incognito! – se echó las manos a la cabeza. – Como se haya enterado Sanzu me va a caer una buena el lunes.

- Son rumores de barrio, no creo que se hayan filtrado a la prensa. – su madre le acarició suavemente la espalda. – Desde el momento en el que me dijiste que le conocías supe que ibas a pedirle que te dejase ayudarle en la tienda. Siempre fantaseabas con abrir una tienda en el barrio que también ayudase a los gatitos que viven en la calle, es como si ese chico hubiese cumplido tu sueño por ti.

- Si, yo también pensé eso. Estoy muy agradecido a lo que estoy viviendo ahora y la oportunidad que se nos ha dado en la música, pero a veces también envidio a Chifuyu. ¿Qué irónico, no?

Su madre no le dijo nada y simplemente le abrazó, llevaba tiempo sabiendo que aunque a su hijo le encantaba poder vivir de la música también estaba cansado y agobiado de ser un personaje público, necesitaba un descanso, pero cuando estas empezando a ser conocido no puedes permitirte ni una pausa o se olvidarán de ti.

El teléfono de Baji sonó rompiendo el abrazo, estuvo a punto de maldecir a quien fuese que le estaba llamando pero cuando vio el nombre en la pantalla, abrió los ojos, era la última persona que esperaba que le llamase a esas horas, se excusó con su madre antes de separarse del todo y se alejó para responder la llamada.

- ¿Pah? ¿Qué haces llamándome a estas horas? ¿Ha pasado algo?

- Hey, Baji, no, no ha pasado nada. – Baji estuvo a punto de preguntarle entonces cual era el motivo de su llamada, pero antes de que pudiese empezar a hablar Pah volvió a manifestarse al otro lado del teléfono. – Bueno en realidad si. ¿Sabes si Kazutora ha llegado bien a casa? Quiero decir, ¿puedes asomarte a mirar si está allí?

- Ahora mismo no estoy en casa. ¿Ha pasado algo con Tora?

- No, bueno si, estábamos tomando algo y ha desaparecido, Hanma dice que seguramente se haya ido a casa pero Kazutora siempre coje el teléfono y...

- ¿No te coje el teléfono? – Baji empezó a preocuparse, solo había un motivo para que Kazutora no le cogiese el teléfono después de irse de una fiesta. - ¿Ha ligado con alguna chica?

- No, estábamos los dos de tranquis con los Valhallas y he ido al baño y al volver nadie sabía donde estaba. Le he llamado hace veinte minutos y no me lo ha cogido y llevo un buen rato enviando mensajes y nada.

- Es extraño, voy a intentar llamarle, ahora te aviso.

- Gracias, Baji. Nos vemos y a la próxima te vienes, que hoy me ha dicho Kazutora que estabas liado.

- Si, no te preocupes, a la próxima me apunto.

Colgó el teléfono y lo revisó por si su mejor amigo le había enviado algún mensaje porque estaba agobiado o porque había conocido a alguna chica y estaba fardando de ella, pero no tenía nada. Pah le había dicho que no cogía el móvil pero aún así tenía que hacer el intento y llamar. Escuchó impaciente los pitidos al otro lado de la línea, iba a colgar dándose por vencido hasta que finalmente los pitidos desaparecieron.

- ¿Qué pasa, Kei? – Dijo Kazutora con un tono de voz distinto al habitual.

- ¿Dónde andas, Tora?

- Estoy en un club con Pah y los de Val. ¿Por qué lo preguntas? – la impaciencia por finalizar la conversación se notaba en el tono de Kazutora - ¿Es importante?

- Pah me había llamado diciéndome que habías desaparecido. ¿Estas bien? ¿No estarás potando solo en un callejón, no?

- Tranqui, voy bien, solo estaba en el baño. – Baji escuchó una voz que le resultaba bastante familiar al otro lado del teléfono.- Tengo que colgar me pillas en mal momento. Te llamo en diez minutos o así.

Colgó sin hacer más preguntas y le envió un mensaje a Pah para decirle que todo estaba bien y que no tenía que preocuparse y se dejó caer en el sofá sin esperanzas de que Kazutora le volviese a llamar. Aunque al principio tenía dudas de porque no estaba contestando los mensajes y llamadas de Pah, después de la conversación lo tenía muy claro. Suspiró con fuerza y esbozó una sonrisa al recordar la conversación que tuvieron hacía tiempo. Su móvil no tardó en sonar iluminándose con el nombre de Kazutora.

- ¿Quién era la afortunada? – preguntó Baji nada más descolgar el teléfono

- ¿De que hablas? – preguntó Kazutora. – Solo estaba en el baño.

- Tora, son muchos años y recuerdo perfectamente el día en el que dijimos que si alguna vez el otro nos llamaba mientras lo estábamos haciendo lo cogeríamos sin falta solo para ver si nos pillaba. – al otro lado de la línea Kazutora se echó a reír. – Me alegro por ti. ¿La conozco, verdad?

- Ya hablaremos de ella en otra ocasión. ¿Has visto a Fuyu? – cambió de tema rápidamente Kazutora – Esta mañana estaba bastante desanimado, le he intentado animar con stickers y mensajes pero creo que no ha servido de mucho.

- Si, he ido a verle hace un rato no te preocupes, ya esta todo bien. Gracias.

- No des la gracias, Kei. Se lo importante que es ese chico para ti si lo hubieses perdido por hacer el tonto iría a tu casa a desafinarte todas las guitarras y a maltratar tus cuerdas como castigo.

- Fui a ver a mi madre, no es hacer el tonto.

- Los dos sabemos que no me refería a eso. – Un montón de voces llamando a Kazutora se colaron a través del teléfono. – Te tengo que colgar, la fiesta me necesita, hablamos mañana.

- Cuídate, y no acabes vomitando entre dos callejones como siempre.

- No prometo nada.


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