11. A la mierda el autocontrol
La velada en casa de Kazutora se había alargado más de la cuenta, mientras seguía a Baji hacia su casa solo podía pensar en lo duro que sería mañana, aguantaba perfectamente un día casi sin dormir, pero no estaba tan seguro de si podía aguantar dos. Subieron las escaleras y antes de abrir la puerta, Baji se giró y le miró, habían hecho todo el camino prácticamente en silencio. ¿Quizá se arrepentía de haberle dicho que podía dormir ahí? Pero antes de que Chifuyu pudiera seguir pensando en otras situaciones catastrofistas, el más alto le puso la mano detrás de la cabeza y juntó sus labios. Chifuyu profundizó un poco más el beso, no sabía cuánto lo necesitaba hasta que por fin había pasado. Se separaron y Baji metió las llaves en la cerradura.
- Llevaba toda la noche esperando tener un momento a solas para hacer esto. – susurró Baji mientras abría la puerta y dejaba pasar a Chifuyu.
Chifuyu se descalzó y mientras el anfitrión iba al baño, el fue hacia el salón, que era la única habitación que sabía donde estaba a excepción del baño y la cocina. Cuando Baji salió del baño y le vio sentado en el sofá le miró extrañado.
- ¿No prefieres dormir en una cama? – dijo mientras encendía la calefacción. Sin duda el contraste de la casa de Kazutora con la de Baji se notaba, uno siempre tenía la calefacción al máximo y el otro apenas la ponía un rato por la noche.
- Si, pero es que no sabía donde estaba. – Chifuyu bajó la mirada hacia los pies de Baji, donde Sasha llevaba ya un rato restregándose, Baji se dio cuenta y cogió a la gata en brazos.
- Sígueme, te enseñare un poco la casa.
Chifuyu siguió a Baji hacia el otro lado del pasillo, pasaron el baño y al otro lado había una pequeña puerta que Baji abrió. Dejando ver una habitación de tatami prácticamente vacía a excepción de un armario.
- Esta es la habitación de invitados, pero tranquilo, tu no vas a dormir aquí. – Baji se giró a mirar a Chifuyu quien iba tras él. – A menos que quieras, claro. ¿Pero prefieres dormir en una cama, no? – Esperó a que Chifuyu asintiera para seguir con el tour.
Subieron unas pequeñas escaleras, la planta de arriba tenia también un pasillo con cuatro puertas, todas abiertas menos una. Baji encendió la luz de la primera dejando ver un paraíso para los gatos. Una bola negra que Chifuyu no había visto empezó a desperezarse desde un rascador. Baji dejó a la gata en el suelo y entró en la habitación para besar al gato negro quien parecía estar un poco incomodo ante la presencia de Chifuyu.
- No te asustes Gates. – dijo mientras le daba un besito en la cabeza . – Este es Chifuyu el ama a los animales no te hará daño.
Baji hizo un gesto a Chifuyu para que se acercara y le cogió la mano poniéndola cerca al gato, quien empezó a olerla sin dejar de clavar las uñas en el rascador. Chifuyu movió la mano para intentar tocarlo cuando este salió disparado, alejándose lo máximo posible de Chifuyu.
- Creo que le has caído bien.
- Yo no le llamaría a eso caer bien. - suspiró Chifuyu
-
Al volver a la habitación Chifuyu se encontró a Baji con los pantalones del pijama ya puestos y el torso desnudo, se quedó mirándolo hasta que Baji se giró y sus miradas se cruzaron.
- Perdón. – dijo Chifuyu girándose.
- Otra vez, no pidas perdón que no pasa nada, has visto más que esto. – respondió Baji mientras rodaba en la cama acercándose a él. – Además la desnudez no me importa mucho y menos si mi espectador eres tú, puedes mirar todo lo que quieras.
Chifuyu volvió a girarse centrando especial atención a las barras que decoraban los pezones del contrario, le parecían extremadamente sexis y, hasta ayer por la noche no había visto nunca ese piercing en persona. Levantó la mirada para toparse con la sonrisa ladina del contrario.
- ¿Te gustan? – Preguntó Baji levantando una ceja sin dejar de sonreír.- Creo que me dan el toque de chico malo que los fans de la ToMan esperan de mí.
- Me gustan, pero tienen pinta de doler.
- Dolieron muchísimo, pero solo mientras los hacían y cicatrizaban, ahora casi ni los noto, solo cuando se me enganchan en algún lado, ahí si vuelvo a ver las estrellas.
- ¿Solo son estéticos o sirven para algo más? – dijo Chifuyu acercando inconscientemente su mano hacia ellos.
- En mi caso solo me los hice por estética, aunque si me ha aumentado un poco la sensibilidad en la zona desde que me los hice, sobre todo el izquierdo. – Observó como Chifuyu acercaba la mano ligeramente y se la agarró para que los tocara. – No pasa nada, no muerden. Ayer no estabas tan cuidadoso, ¿eh?
- Perdón. – Chifuyu apartó la mano tras mover un poco la barra. – Ayer no estaba como para ponerme a hacer todas estas preguntas. – sonrió tímidamente.
- Ya supongo, yo tampoco estaba para contestarlas. – rio. – ¿Vamos a dormir? ¿Qué lado prefieres?
- ¿El derecho? No sé, no tengo preferencia.
- Vale, pues a dormir. – dijo mientras rodaba hacia el lado asignado y se ponía la camiseta del pijama. - ¿A que hora te levantas mañana? Te acercaré, así voy a ver a mi madre que últimamente solo le he hecho visitas exprés.
- Pues debería ducharme, así que supongo que a las siete para estar en mi casa a las ocho.
- ¿Y si te duchas aquí?
- No me puedo duchar aquí, Baji. – dijo mientras se acomodaba la almohada para dormir. – No tengo ropa limpia.
- Te puedo dejar algo de ropa. Por cierto tienes un cargador de móvil ahí, por si lo necesitas.
- Bueno me pongo la alarma a las siete y vemos mañana según el sueño que tenga. – Chifuyu conectó el móvil y miró la hora, ya eran las dos de la madrugada, mañana sería un día duro. – Necesito dormir o mañana no seré persona.
- Esta bien. – Baji fue a apagar la luz, cuando abrió los ojos como platos. – Casi se me olvida algo.
- ¿El que?
Chifuyu giró un poco el cuerpo para mirar a Baji y cuando lo hizo este posó dulcemente sus labios contra los del contrario.
- El beso de buenas noches. – dijo mientras finalmente apagaba la luz. – Buenas noches Chifuyu. ¿Puedo abrazarte mientras duermes?
- Puedes.
Apenas había acabado de decir la frase cuando sintió los brazos de Baji rodear su cuerpo, era muy cálido y le hacía sentir a gusto, definitivamente podía acostumbrarse a esto. Podía, pero no debía. Una voz en la cabeza de Chifuyu le repetía constantemente que Baji era una estrella, un famoso en alza y que nunca podría estar con él. No podía dormir, llevaba mucho tiempo imaginando supuestos en su cabeza y le era difícil congeniar el sueño, lo había probado todo, pensar en otra cosa, poner la mente en blanco, imaginarse una historia de fantasía, hasta contar ovejas, pero el sueño le había desaparecido por completo. En su cabeza no paraba de preguntarse porque estaba ahí ahora mismo, con Baji, jugando a las parejas. Porque alguien como él le había dicho lo del beso de buenas noches y abranzandole si según lo que contaba Kazutora y lo que había visto era un chico de citas de una noche. Pero él no era una cita de una noche, eso ya se lo había dicho, entonces, ¿que era? Aprovechó que Baji había soltado su agarre para darse la vuelta y buscar una postura cómoda. No había manera y no quería despertar a su compañero de cama. Se giró hacía Baji y su sorpresa fue al encontrarse con sus ojos amielados casi indistinguibles en la oscuridad completamente abiertos, observándose.
- ¿No puedes dormir? – le susurró. Observando como su invitado negaba con la cabeza. - ¿Quieres que vaya a la cocina a prepararte una infusión para dormir?
- ¿Tienes de esas cosas? – preguntó Chifuyu conteniendo una risa, jamás se hubiese imaginado que el guitarrista tuviera ese tipo de cosas.
- Claro, a veces me pongo nervioso antes de un evento importante y estoy como tú. – se incorporó en la cama y encendió la luz. – Ahora te la traigo, puedes quedarte aquí de mientras.
- No te preocupes, voy contigo. – dijo incorporándose. – Quizá si me muevo un poco me entra otra vez el sueño.
Baji sonrió y asintió. Encendió todas las luces a su paso para evitar que Chifuyu tropezase con alguno de sus gatos, sabía que por la noche se volvían demasiado activos y no les importaba arrollar con lo que se interpusiera en su paso. Llegó a la cocina y estiró su espalda mientras llenaba dos vasos de agua para meterlos en el microondas.
- ¿Te pasa mucho lo de no dormir o es que no estas cómodo? – preguntó Baji girándose hacía Chifuyu quien le observaba recostado contra el marco de la puerta.
- Me pasa más de lo que me gustaría admitir, pero hoy mi cabeza va a mil por hora y no hay manera de que pare.
- Con esto parará ya lo verás y si la infusión no funciona se me ocurren maneras menos ortodoxas para ayudarte a dormir. – sonrió girándose para poner el microondas el tiempo correspondiente para que el agua hirviera. – Pero no quiero que pienses cosas que no son sobre mi y...
- Hazlo. – le cortó Chifuyu.
- ¿Qué? – Baji le miró sorprendido mientras Chifuyu se acercaba a él.
- Prefiero que lo hagamos primero a tu manera y luego tomar la infusión si no funciona.
- Chifuyu, mañana trabajas.
Baji se giró a mirar al microondas, mientras inspiraba fuertemente. ¿Cómo podía estar diciéndole eso ahora? Con el autocontrol que estaba teniendo para no comerle la boca... Después de ayer sabía que si volvía a probar a Chifuyu no querría parar y se pasaría la noche acariciándolo y besándolo sin dejarle dormir. Él era un chico responsable y no quería obligarle a faltar al trabajo por su culpa. Ya habría más noches, hoy debía comportarse como el chico ejemplar que su madre había criado, sin tentaciones solo cariño y amor. Definitivamente Baji era capaz de pasar una noche con la persona que más le había gustado teniendo su polla tranquila, era capaz de resistirse a la tentación e incluso a las insinuaciones de Chifuyu. Era capaz de todo eso, pero contrario a lo que Baji pensaba, Chifuyu no quería que se controlara, a él le daba igual el trabajo con tal de poder volver a vivir lo de ayer. Había sido un dueño ejemplar, había abierto la tienda todos los días puntualmente, incluso cuando estaba enfermo, no iba a ser una gran pérdida que mañana abriese a partir del mediodía. Sabía que esa ilusión que estaba viviendo con el guitarrista no duraría mucho, y todo el tiempo que había estado en vela le había servido para llegar a la conclusión de que el poco tiempo que tendrían juntos quería vivirlo al máximo. Así que viendo que Baji no ponía por su parte las palabras de Kazutora le vinieron a la mente. Se acercó lentamente a él mientras le daba la espalda para controlar el tiempo del microondas y empezó a darle besos en el cuello, hasta que finalmente hincó sus dientes con bastante fuerza. No tuvo tiempo de dudar de si lo que había dicho su compañero de banda era verdad o se había quedado con él, porque el gemido gutural que salió de Baji en ese momento fue lo suficientemente excitante como para confirmárselo por si solo. Baji giró hacia él dándole un beso hambriento, muy diferente a los que se habían dado ese día e incluso la noche anterior.
- A la mierda el autocontrol. – susurro tras romper el beso, mientras le quitaba la camiseta a Chifuyu.
Chifuyu aún estaba asimilando como Baji había pasado de 0 a 100 en un instante mientras Baji prácticamente le arrancaba la camiseta y le daba besos por todo el torso. El microondas empezó a pitar, pero Baji pareció no hacerle ni caso, parecía demasiado concentrado besando cada rincón sin ropa de Chifuyu. Cuando el de ojos azules volvió a ver la oportunidad hinco de nuevo los dientes en su cuello, deseando volver a escuchar ese sonido salir de los labios de Baji. Y joder si lo escuchó, ahora era Chifuyu el que se había encendido, le pareció muy injusto que Baji aún llevase su camiseta así que empezó a quitársela mientras sentía el calor de los jadeos de Baji y una mano se abría paso en sus pantalones. Soltó un pequeño gemido al notar la mano del contrario contra su miembro, se abrió torpemente paso en los pantalones contrarios para imitar la acción, ya que el movimiento cada vez más rápido que estaba sucediendo en la entrepierna no le dejaba actuar con la claridad que le hubiera gustado.
- Esto me molesta. – dijo bajándole los pantalones a Chifuyu con la mano que no tenía ocupada. Hubiese sido una tarea imposible de hacer con una sola mano si los pantalones que le había dejado no le fuesen convenientemente grandes. Dio un vistazo a lo que los pantalones le habían estado ocultando y sonrió mostrando los colmillos. – Joder.
Chifuyu cambió su tarea de intentar entrar en los pantalones contrarios para proceder a quitarlos, la erección de Baji le dificultó un poco la tarea, pero definitivamente fue más fácil que la de intentar colarse en ellos. Agarró el miembro contrarió y empezó a mover la mano con la misma velocidad que la que estaba entre sus piernas. Baji empezó a besarle, su lengua se paseaba por su boca como le daba la gana. Chifuyu sentía que si eso seguía con esa intensidad no iba a tardar en correrse.
- Vamos al comedor. – dijo el anfitrión en una pausa para respirar, separándose totalmente de él.
Ni siquiera encendió la luz del comedor, se sentó directamente en el sofá mientras buscaba algo en la mesita que tenía en medio. Cuando encontró lo que buscaba lo dejó en el sofá y le hizo un gesto a Chifuyu para que se sentara sobre su regazo. El menor obedeció pasando una pierna por cada lado de Baji y al acercarse se dio cuenta de lo que había sacado. Chifuyu aprovechó la pose para morder el cuello de Baji una y otra vez, provocando esa reacción que le gustaba tanto, mientras movía las caderas para forzar que sus dos miembros se rozaran.
- Chifuyu, dios, si sigues así no voy a poder ni prepararte, voy a acabar antes. – dijo Baji entre jadeos forzando que Chifuyu frenase el ritmo.
Abrió el bote de lubricante y se lo puso torpemente en los dedos tirando un poco sobre el sofá. Escuchó un suspiro procedente de Chifuyu al introducir el dedo y empezó a masturbarle a la vez, mientras iba introduciendo cada vez más dedos hasta llegar a tres.
- Entra ya. – suspiró Chifuyu con desesperación.
Baji saco el condón del paquete y se lo puso, pero apenas había acabado de bajarlo cuando Chifuyu empezó a colocarse el mismo encima de él, auto penetrándose. Sabía moverse, amaba estar arriba y tener el control, pero estaba disfrutando más de lo normal de tener el control sobre Baji. Sintió que estaba a punto de llegar y se lanzó sobre el cuello de Baji, para intentar hacerlo llegar a la vez. No funcionó, el gemido que Baji soltó le hizo correrse antes de lo que pensaba, aunque afortunadamente Baji no tardó mucho más.
Se quedaron en esa pose unos segundos, mientras Baji le daba besos en el cuello y le acariciaba, Chifuyu aún estaba en trance y apenas reaccionaba.
- ¿Te ha entrado sueño? – susurró Baji con una sonrisa.
- Si, creo que ha funcionado. – sonrió levantado la cabeza y dándole un beso en los labios a Baji.- Deberíamos haber hecho esto desde el principio.
- Habría sido una genial idea, si no fuera porque te levantas en menos de tres horas. – suspiró el guitarrista mientras miraba el reloj. – Me parece que te tendrás que duchar aquí.
- Creía que estaba claro, pero no iré por la mañana a trabajar, no pasará nada porque cierre unas horas, - respondió Chifuyu mientras se levantaba intentando no manchar nada. - es por causa mayor.
- No creo que un orgasmo sea la causa mayor.
- Entonces tendrán que ser dos. - sonrió pícaramente pero un bostezó le apareció de repente.
- Creo que tu cuerpo ya no aguanta ni medio, va, vamos a limpiarnos y a dormir, quédate tú en este baño y yo voy al de arriba.
Baji se levantó, jamás imaginó tener la imagen de Chifuyu desnudo paseando por su casa pero desde luego era la imagen más excitante que había visto. "Necesito esto todas las noches" pensó mientras subía las escaleras.
Después de limpiarse se dio cuenta de que había dejado la ropa abajo, se planteó durante unos segundos no bajar y dormir desnudo pero lo descartó al instante al recordar lo que le incomodaba la desnudez a Chifuyu. Fue directamente a la cocina para encontrarse a Chifuyu de espaldas con el pantalón a medio poner. Tuvo un impulso de agarrar lo que estaba viendo, pero se controló.
- Creo que mi cocina nunca había sido tan bonita.
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