1. Cerveza
La oscuridad empezaba a reinar afuera, a pesar de que solo eran las cinco de la tarde. Chifuyu odiaba los días fríos y odiaba aún más tener que dejar el calor de su apartamento y salir a la calle. Aquel día aún lo odiaba más, porque ni siquiera iba a salir por alguna necesidad o porque le apeteciese ir a un lugar con sus amigos, iba a salir porque le había prometido a su mejor amigo, Takemichi, que le acompañaría a un concierto. Un concierto de metal, que ni siquiera le gustaba ese género, y de un grupo que ni siquiera había escuchado. Claro que le sonaba el nombre, los Tokyo Manjiro salían en casi todos los programas, su fama había subido como la espuma en los últimos meses. Acababan de volver de su primer world tour como teloneros y todo japón se estaba haciendo eco de la noticia, no era muy común que un grupo nacional de ese género fuera tan querido por el resto del mundo. Y aun sabiendo todo esto Chifuyu no había podido armarse de valor y escucharlo, no odiaba ningún género, le gustaba la música en todas sus formas, pero por algún motivo se le hacía bola. Si Takemichi no le hubiese mirado con esa cara de cordero degollado porque no quería ir solo, probablemente no hubiera accedido. Su prometida, Hinata le había conseguido dos entradas, pero, aunque tenía la intención de acompañarle ella misma, le había surgido un imprevisto familiar e iba a estar fuera dos semanas, coincidiendo con la fecha del concierto. Sabía perfectamente que si no iba acompañado, su amigo no iba a ir y tenía unas ganas horribles de verlos en directo, así que, haciendo el papel de buen amigo, se había sacrificado por la causa.
Había pasado horas frente al espejo sin saber bien que ponerse. ¿Qué llevaba la gente en este tipo de conciertos? No quería destacar por algo más que no fuera no saberse las letras, pero tampoco quería pasar frio, ya tenía una edad para priorizar ir cómodo a ir guay. Así que decidió ponerse un jersey oscuro y unos pantalones a cuadros azules. Durante unos instantes valoró si debería pintarse la línea de los ojos, cuando era adolescente lo había hecho alguna vez para imponer más respeto pero ahora, con veinticinco años quizá se vería ridículo. Miró a su gato, Peke J, sintiendo como le juzgaba desde la cama, los dos estaban mayores ya para estas cosas, o al menos así se sentía Chifuyu. Cuando sonó el timbre se apresuró en abrir y se encontró a su amigo mirándole con sus enormes ojos azules. Llevaba una camiseta del grupo debajo de un anorak que solía llevar. Se había engominado su pelo oscuro hacia atrás, dando la sensación de que lo llevaba más corto. A Chifuyu le recordó a su juventud cuando ambos se decoloraban el pelo para mostrar su rebeldía, hacía ya años que ninguno de los dos había vuelto a teñirse pero Chifuyu aún era incapaz de desprenderse de su antiguo peinado mientras Takemichi había optado por dejárselo crecer y ya le llegaba casi por los hombros.
- ¿Estás ya, Chifuyu? Vamos a llegar tarde.
- Voy, voy, solo me queda coger la chaqueta y echarle comida a Peke J. Sientate un momento
- Te cojo algo para picar, que he salido con prisas. – Takemichi fue a la cocina y abrió un armario como si fuera su casa. Cogió un par de galletas y se sentó en el sofá a esperar.
A pesar de su morriña y sus pocas ganas de ir Chifuyu se apresuró a hacer lo que tenía que hacer para salir cuanto antes. Cogió una chaqueta de cuero negra y cogió las llaves dispuesto a salir.
- Vamos en tren, como me digas de ir andando me quedo aquí.- Amenazó a su amigo, sabiendo que Takemichi era muy agarrado y seguramente preferiría congelarse antes que gastar dinero en el billete de tren.
- Que si, que si, vamos en tren, con el frio que hace no se me ocurriría ir andando.
- Ya, seguro.
Cerró la puerta tras de ellos y ambos se dirigieron hacía el ascensor, hasta que su amigo rompió el silencio de golpe con la única pregunta que esperaba que no le hiciera hasta llegar allí.
- ¿Al final has escuchado algo de ellos? – espero a que Chifuyu negase con la cabeza para rebufar. – Lo sabía. Venga tío, has tenido casi dos semanas, podrías haber escuchado al menos una canción para saber si te gusta.
- Voy por ti. ¿Qué más te da que los haya escuchado o no?
- Que no quiero tener que aguantar tu cara de malas pulgas durante las dos o tres horas que dure el concierto, así al menos estarías mentalizo
- Así que ya sabías que no me iba a gustar.- Chifuyu puso sus ojos azules en blanco.- Tranquilo, no te molestaré, si veo que no lo aguanto me iré cerca de la barra y beberé hasta que me guste.
Takemichi se rio y le pasó un brazo por encima, sabía de sobras lo que a su amigo le gustaba la cerveza y como cambiaba radicalmente su humor y sus ganas de fiesta si tenía una en las manos. Durante todo el camino Takemichi le estuvo contando la biografía del grupo, prácticamente. Sabía que eran de Tokio lo que no sabía es que tenían un año más que ellos, de hecho Takemichi le confesó que Hina había sido amiga de la hermana pequeña de uno de los miembros, pero que con el tiempo habían perdido un poco el contacto. Cogieron el tren pronto, lo que realmente agradeció Chifuyu, porque ese día era especialmente frío. Pero toda su buena suerte se quedó ahí, ya que cuando llegaron a la sala de conciertos, a pesar de haber llegado casi una hora antes de la apertura de puertas, la cola era inmensa.
- Tío, pensé que no vendría gente tan pronto con el frío que hace. – dijo Takemichi maldiciendo. – No conseguiremos las primeras filas ni en sueños.
- Eres menos precavido.- suspiro Chifuyu, arrepintiéndose de no haber cogido una chaqueta más gorda
- ¿Quieres ir a por un par de cervezas a alguna tienda mientras yo guardo el sitio en la cola?
- No me lo digas dos veces, ahora vuelvo.
Hacia frio, y claramente Chifuyu prefería estar en su casa que en la calle, pero quizá tomar un par de cervezas con su colega amenizarían la espera y además harían que se tomase el concierto con mejor humor. Busco en su móvil donde estaba la tienda más cercana y, aunque estaba un poco lejos, era mejor eso a quedarse esperando en la cola. Al entrar en la tienda el hombre mayor que la atendía le dio la bienvenida, vio que había un poco de cola, pero tenía una nevera con cervezas, que era lo que él necesitaba en ese momento para ser feliz. Cogió cuatro y se dirigió hacia la caja. Los ojos de Chifuyu se posaron en el chico que estaba delante suyo. Le sacaba una cabeza, tenía el pelo largo y oscuro recogido en una coleta, llevaba una chaqueta de aviador marrón que Chifuyu envidió porque parecía más cálida que la suya. El chico le miró y le dedicó una sonrisa, enseñando sus prominentes colmillos, Chifuyu le correspondió y siguió esperando su turno.
- ¿Vas al concierto? – le preguntó el desconocido. Chifuyu asintió. – ¿Eso es para calentar motores? Con este frio quizá entraba mejor un chocolate caliente.
- Honestamente nunca he escuchado al grupo y no creo que me gusten, así que espero que un par de cervezas puedan ayudarme.
- Las cervezas siempre son un buen acompañante. – Dijo riendo y enseñando que su compra también eran cervezas. – Pero espero que no te hagan falta para escucharlos y te acabe gustando su música.
- ¿Eres fan?
- Más o menos. – El desconocido observó como la cola iba avanzando ante él y volvió a dedicarle una sonrisa antes de seguir a lo suyo.
Chifuyu no era de los que escuchaban conversaciones ajenas o se metían donde no le llamaban, pero cuando vio que el chico que tenía delante tenía problemas buscando algo en sus bolsillos no pudo evitar preguntar.
- ¿Pasa algo? – le dijo al extraño.- ¿Has perdido algo?
- No te preocupes,– dijo el extraño con una voz grave que hizo que Chifuyu se estremeciera. - es solo que no se dónde he metido la cartera.
- Deja que te aguante eso.- cogió los dos paquetes de seis cervezas que llevaba el desconocido y los puso bajo las suyas. – Así podrás buscar mejor.
- Muchas gracias. – siguió buscando en todos los bolsillos. Dijo para si mismo. – Joder, juraría que la había dejado aquí.
Chifuyu observó como el desconocido seguía buscando la cartera, mientras veía que su turno estaba llegando y el desconocido seguía sin encontrarla. En el momento no supo si era porque el chico desconocido le había dado buenas vibraciones, porque veía la preocupación en sus ojos o simplemente porque tenía prisa pero colocó todo lo que tenía en las manos y se ofreció a pagarlo.
- No te preocupes, puedo dejarlo y volver luego a por ellas.
- Insisto, déjame pagártelas, sino quizá no llegarás a tiempo, cuando encuentres tu cartera puedes pagármelas y si te la han robado o te la has dejado en algún lado lo mejor es que no vayas al concierto y vayas a buscarla.
- Esta bien, muchas gracias, te lo compensaré. Dime tu nombre al menos para poder agradecértelo en condiciones.
- Chifuyu, Chifuyu Matsuno.
Chifuyu pagó las cervezas y le tendió las suyas al desconocido. Este le agradeció e insistió en acompañarle el camino.
- Me suena tu nombre. ¿Es posible que fueras el primero de tu instituto? – Chifuyu enrojeció al escuchar eso. - Por tu cara entiendo que sí, yo siempre estaba en los últimos puestos, por eso me parecía envidiable que siempre estuvieras en el primer puesto, no bajaste de ese puesto en ningún examen.
- De hecho, si, una vez fui segundo, tuve fiebre en unos exámenes y no conseguí quedar primero. – sonrió. - ¿Cómo te llamas tú?
- Keisuke Baji. Iba siempre vestido como un empollón, tú en cambio ibas con el pelo rubio y el aro y ahí estabas en los primeros puestos. ¿De que trabajas ahora?
- Tengo una tienda de animales, se lo que estás pensado, podría aspirar a más, lo se, pero es lo que siempre he querido hacer.
- Me parece increíble. - dijo Baji con una sonrisa de oreja a oreja. – Mi sueño era tener una tienda de animales también. Tendrás que darme tu dirección para pasarme un día a saludar.
- ¿Y ahora que haces?
- No me puedo quejar, algún día quizá lo descubras.
Chifuyu se sentía muy a gusto caminando con esa persona a la que acababa de conocer. Había algo en él que le inspiraba confianza y le daba la sensación de que lo conocía de toda la vida.
- Chifuyu, ¿y si no te gusta el grupo como que has venido? – Baji le observó con sus ojos amielados.- Si no es meterme donde no me llaman.
- Para nada, tranquilo. Vengo a acompañar a mi amigo que, si es bastante fan, su prometida le compró unas entradas pero no pudo venir y me ha arrastrado a mi.
- ¿A ti no te gusta este tipo de música?
- Si, bueno no, pero no es eso. Supongo que es el hecho de que me fuercen a escuchar algo que me quita las ganas de hacerlo.
- Lo entiendo, me pasa algo parecido. Quizá hoy descubras que te gustan realmente.
- Quizá, pero por si acaso no me alejaré mucho de la barra.
- No digas eso.- dijo riéndose.- Todos son muy buenos músicos en especial el guitarrista principal.
Estaban acercándose a la cola cuando Baji freno en seco y miró a Chifuyu.
- Aquí nos separamos, tengo que ir a llevar esto a un sitio antes.
- Ya me extrañaba a mi, o tenías muchos amigos o eran muchas cervezas. – Ambos rieron. – Está bien, nos vemos dentro, no hay problema.
- ¿Tienes algo que hacer después del concierto? - Esperó a que Chifuyu negase con la cabeza.- Genial, dame tu móvil, venid tú y tu amigo luego a cenar. -Chifuyu le dictó su número de teléfono y fue a replicar pero Baji no le dejó. - Yo invito, es lo mínimo que puedo hacer. Te envió la dirección del sitio por mensaje, así te guardas mi número.
- ¿No prefieres que quedemos en la puerta?
- Mejor no, nos vemos allí.
Chifuyu se despidió con la mano de Baji mientras se dirigía hacía la sala de conciertos, no consideraba que dos packs de cerveza costasen lo mismo que una cena para dos personas, pero no iba a poner ninguna objeción, probablemente les invitaría a un ramen de 400 yenes a cada uno. Se apresuró a llegar a la cola para reunirse con Takemichi y así poder beber la cerveza.
- ¿Dónde has estado, tío? – dijo Takemichi haciéndole un hueco en la cola- ¿Cómo has tardado tanto?
- Perdón, toma.- se disculpó dándole la cerveza.- La tienda estaba bastante lejos y me encontré con un conocido, bueno no conocido del todo, pero me encontré con alguien y se me fue un poco el tiempo disculpa.
- No pasa nada, al menos están frías
- No se van a calentar con este tiempo, tranquilo. – abrió su lata de cerveza.- ¿No tienes planes después del concierto, verdad?
- No. ¿Por qué? ¿Qué propones?
- Este chico con el que me he encontrado no tenía dinero y le he pagado unas cervezas y me ha dicho de quedar después del concierto para cenar.
- ¿Y de qué has dicho que le conocías?
- De nada, pero al parecer íbamos al mismo curso, se acordaba de mi por ser el primero de la clase, él era de los últimos ¿Sabes?
- Aja, y no tenía dinero... ¿Sabes de que trabaja? - desconfió Takemichi
- Pues la verdad, no me lo ha dicho, pero...
- ¿Te ha dado su número, Chifuyu?
- No, pero yo si le he dado el mío y me ha dicho que me enviaría un mensaje con la dirección y...- Chifuyu freno en seco dubitativo. - ¿Me han timado, verdad?
- Tiene toda la pinta, por suerte solo han sido... ¿Unas cervezas, algo para picar? Y no ha llegado a más, pero no te va a llamar.
- Dios, me siento como si hubiese vuelto de golpe a secundaría y la chica que me gusta se acabase de aprovechar de mí.
- No tienes la culpa, Chifuyu.- le dio unos golpecitos en la espalda.- Es solo que confías demasiado en las personas.
- Realmente tampoco me molesta demasiado, le iba a pagar las cervezas igualmente, sentí que era una buena acción y que el podría ser una buena persona. No se, Takemichi si te digo la verdad no me arrepiento.
- Pues nada, si quieres aunque ese chico misterioso no te llame, podemos ir a cenar tu y yo. ¿Qué te parece?
- Genial, pero tengo esperanzas de que Baji me envíe un mensaje. – la cara de Takemichi cambio por completo cuando escucho esa frase. - ¿Qué pasa, tío? ¿Has visto un fantasma?
- ¿Cómo te ha dicho que se llamaba? – dijo aguantándose una risa
- Keisuke Baji ¿Por qué?
- Te ha vacilado. - dijo rompiendo a reír.- Es imposible que su nombre sea ese.
- ¿Por qué? ¿Qué es tan gracioso?
- Keisuke Baji es el nombre del guitarrista de Tokyo Manjiro, se ha quedado contigo, pero bien.
- A lo mejor también se llama así – dijo Chifuyu sonrojado. - ¡A lo mejor es él!
- Si, claro, el guitarrista de una de las bandas más famosas yendo a buscar cerveza a una tienda, diciendo su nombre real. Seguro que en el backstage están nadando en cerveza. Y en caso de que no, hubieran mandado a cualquier persona a buscarla, no habría ido él personalmente. Vamos, Chifuyu, ten un poco de cabeza. – Takemichi dejo de reir y se puso serio - ¿Qué te hace pensar que el guitarrista de una banda que está creciendo tanto no lleva la cartera encima?
Chifuyu pensó durante unos momentos para luego suspirar, se había reído de él pero bien. Había confiado en un desconocido y este le había vacilado y además se había llevado doce cervezas de gratis. Bebió un trago largo de su lata para acabarla. La conversación y el paseo habían estado bien, pero desde luego ese día solo iba de mal en peor. Decidió dejar de pensar en eso y cambiar de tema hasta que entrasen para evitar que la rabia se apoderara de él. La cola avanzaba y él se bebía la lata con la mayor rapidez posible cuando recibió un mensaje
"Ey, Chifuyu! Que tal? Soy Kei, siento no haberte enviado un mensaje antes, estaba un poco liado. De nuevo, gracias por las birras, te envío la ubicación del sitio en el que quedamos luego, no hace falta que salgáis corriendo del concierto, nosotros tardaremos un poco, pero hay una reserva a nombre de Baji. Disfruta del concierto! Ojalá te guste la ToMan tanto como a mi!"
El mensaje, escrito con algunas faltas ortográficas, acababa con la ubicación de un restaurante chino a veinte minutos andando desde la sala. Chifuyu bufó al acabar de leerlo y se lo enseñó a Takemichi como preguntándole que debían hacer. Takemichi leyó el mensaje y se encogió de hombros.
- No sé quien será este tío, pero deberíamos ir, es muy difícil conseguir mesa en ese restaurante, si de verdad hay una reserva podríamos aprovecharla y si no la hay al menos estaremos más cerca de casa.
- No sé, tío, todo este tema me está poniendo de muy mala leche, parecía un buen chico, pero... ¿Qué necesidad tiene de mentirme? No lo entiendo. – Chifuyu se puso las manos en la cabeza. - ¿Y cómo sabía tanto de mí? Sabía hasta de que color llevaba el pelo. Soy un imbécil, a lo mejor es un secuestrador.
- Claro, un secuestrador de la gente que no es fan de la Tokyo Manjiro, no digas chorradas. ¿Qué atractivo puedes tener tu para un secuestrador?
- ¿Tus palabras duelen, sabes?
- Perdona tío, pero estas desvariando mucho, deberías contestarle para que sepa que lo has leído. ¿Qué tiene de foto de perfil?
- Un paisaje de mierda. - dijo ampliando la foto.- ¿Qué persona normal tiene de foto de perfil un puto paisaje? Es un psicópata, fijo.
- Quizá se siente feo, quizá no es una broma de mal gusto, quizá realmente había un Keisuke Baji en tu curso. ¿Lo buscamos? Así sabremos si no te ha engañado.
Chifuyu empezó a buscar el nombre entre los perfiles de las redes sociales de sus antiguos compañeros de clase y finalmente lo encontró. Un perfil un poco desactualizado, en la foto aparecía un chico con gafas y el pelo repeinado y una sonrisa peculiar, mostrando los colmillos. Chifuyu reconoció esa sonrisa al instante y asintió orgulloso.
- Es él, no hay duda. Tiene la misma sonrisa. – suspiró aliviado. - Parece que no me ha vacilado, simplemente ha sido una extraña coincidencia.
- Si, la verdad. Está claro que son dos personas distintas. Deberías contestarle.
"De nada, Baji. Allí nos vemos. ¡Muchas gracias e igualmente! Ya te diré si me gusta o no luego."
Todo el malestar de Chifuyu se había esfumado casi por completo, ya no se sentía engañado y volvía a tener un poco de fe en la humanidad. Pero eso no quitaba que aún tenía que hacer frente a un concierto de casi tres horas de un grupo que no tenía pinta de gustarle.
Cuando entraron en la sala Takemichi maldijo por no estar en las primeras filas, de echo estaban justo en medio, algo que sin duda Chifuyu habría maldecido de no ser porque estaban justo al lado de la barra. Antes de que empezara el concierto, y se llenase todo de aún más gente se acercó para pedir algo.
- Buenas, dos cervezas.
- No servimos alcohol. - contestó de manera tajante la chica de la barra.- Normas de la sala.
- ¿Cómo?¿Nada de nada?
- No, puedo darte cervezas sin alcohol, si quieres.
- Preferiría que me pasase un camión por encima antes que beber eso, muchas gracias igualmente.
Chifuyu volvió con Takemichi suspirando y con las manos vacías. Le explico la situación a su amigo quien le miró con la misma sorpresa que él.
- Había leído algo así, que la sala no servía alcohol a los artistas por problemas que habían tenido, pero no pensé que se aplicase también al público.
- Pues ya ves que sí, vaya mierda.- suspiró Chifuyu.- Normal que ese tal Baji llevase dos six packs, iba bien preparado.
Takemichi empezó a reír pero su risa pronto se vio apagada por el sonido de las guitarras de los teloneros. Los Valhalla's Dragon no eran tan conocidos como los Tokyo Manjiro pero para Chifuyu no sonaban mal. Se notaba que eran principiantes porque no tenían mucha soltura en el escenario aún y su sonido no acababa de estar definido, pero definitivamente era algo que él escucharía en el coche. Si los cabezas de cartel no eran más fuertes que esto podría gustarle, pero que su genero se llame Death metal melódico no le hacía pensar que pudiese ser algo "flojito".
Cuando la banda anunció que era su última canción Takemichi miró a Chifuyu orgulloso dándose cuenta que lo estaba disfrutando, los cincuenta minutos que habían estado tocando se les habían pasado volando, pero aún quedaba la hora y media del grupo principal.
- Si te ha gustado Valhalla estoy seguro de que los ToMan te encantarán, Chifuyu.
- No sonaban tan fuertes como creía, la verdad. ¿Tokyo Manjiro suena igual?
- Mejor. – dijo Takemichi emocionándose.- La instrumental te pondrá los pelos de punta, puede ser que al principio la voz no te acabe de gustar pero te acostumbrarás. Mikey es capaz de cambiar de guturales a voz limpia casi sin esfuerzo y la combinación de ambas en las canciones te hace estremecer, ya lo verás.
- No soy muy fan de los guturales.
- Tío, yo tampoco, pero te juro que no has escuchado nada parecido antes.
Chifuyu suspiró, no es que no fuese muy fan es que prácticamente los odiaba. No entendía como a la gente podía gustar escuchar a alguien gritar como si le hubiese poseído el diablo. Iba a salir de ahí con dolor de cabeza, y lo peor es que después del concierto iba a tener que lidiar con saber si le habían vacilado o realmente iba a ir a comer a uno de los restaurantes chinos más famosos de la zona. Con lo a gusto que estaría el en su casa con la mantita y Peke J viendo alguna película.
Las luces de la sala volvieron a apagarse, Takemichi estaba ansioso por poder escucharlos en directo, la última vez que habían tocado en Tokio había sido a principios del año anterior como teloneros de Crossfaith y a él no le gustaba ese grupo y no estaba dispuesto a pagar tanto solo por verlos durante cincuenta minutos. Se arrepentía de no haberlos conocido cuando aún no eran conocidos, porque en aquel entonces hacían conciertos cada dos por tres en salas pequeñas y eran más cercanos a los fans. Hina le había ofrecido acompañarla en más de una ocasión, pero, como Chifuyu, era un poco reacio a escucharlos, pero por fin iba a verlos en directo.
El sonido de la batería marcando el tempo inundó el ambiente, Takemichi había visto tantos videos de los directos que sabía perfectamente todo lo que venía, pero Chifuyu no, él se dejo inundar por el tamborileo de fondo que marcaba el ritmo, como si fuese un ejercito abriéndose paso, ninguna luz se encendía, ningún instrumento se unía, solo las palmas del público que seguían el ritmo de la batería. Pero todo su cuerpo se estremeció cuando en menos de un segundo el teclado dio paso a las guitarras, la batería cambió totalmente el tempo siguiendo al bajo y las luces iluminaron el escenario. Con un grito antes de cantar Mikey se abrió paso en el escenario. Miles de sensaciones estaban recorriendo el cuerpo de Chifuyu mientras dejaba que la música le invadiese y observaba la pantalla que estaba encima del escenario mostrando a todos los miembros de cerca para que los que estaban al fondo pudieran verlos. Su cuerpo se estremeció cuando uno de los guitarristas salió en pantalla y sin poder dejar de mirarlo cogió la manga de Takemichi.
- ¿Son brutales, verdad? - dijo Takemichi con una sonrisa en la cara fluyendo al ritmo de la música
- Si, pero no es eso. Es él.
- ¿Qué?
- Es el mismo Keisuke Baji.
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