5. Jodido
Escribió y borró el mensaje más de seis veces. ¿Acaso debía pasarle la dirección de la tienda y ya? ¿Debería saludar primero? Lo había probado todo, desde algo más formal hasta algo más amistoso, pero nada le acababa de convencer, con lo fácil que era hablarle cara a cara. El timbre de su apartamento sonó. Era Takemichi, ya le había avisado que iría, lo que no esperaba Chifuyu es que llegara tan pronto.
- ¡Tío, tengo tantas cosas que contarte! ¿Cómo fue el viaje en taxi? ¿Cómo que es tu vecino? ¡Cuéntame!
- Calma, Takemichi, pasa y siéntate, voy a prepararte una tila. – Chifuyu entró en la cocina. - A ver, cuéntame. ¿Cómo fue el viaje a casa?
- Pues, toda la banda fue a un parking y me subí en el coche del manager, Sanzu, me pidieron la dirección de mi casa y me dejaron en la puerta. -Takemichi se tiró en el sofá a esperar a Chifuyu.- Fui sentado al lado de Mikey quien no paraba de sacarme conversación. ¡El puto Mikey!
- Estuviste prácticamente toda la noche hablando con él. ¿Lo sabes no?
- Si, tío, toda la noche. Se acordaba de Hina, ella cuando me contó que conocía a su hermana tampoco le dio mucha importancia, dijo que eran bastante pequeños y seguro que el ni la recordaría. ¡Pero lo hacía! Me explicó un montón de anécdotas de Hina y su hermana. ¿Sabes que ella también esta prometida?
- ¿Sí? – dijo Chifuyu fingiendo más interés de el que realmente tenía en la historia. – Me alegro por ella.
- ¡Con Draken! Con el puto batería de la banda. – siguió Takemichi.- Imagínate ser la hermana y la novia de dos de los mejores músicos de japón. Emma me da mucha envidia.
- ¿Se lo has contado ya a Hina?
- Si, le trajo muchos recuerdos, me ha dicho que intentaría ponerse en contacto con Emma para darle la enhorabuena. Que guay.
Chifuyu llegó al comedor con las tazas y una caja de galletas y se sentó junto a él. Takemichi le miró como si esperara que dijese algo y el anfitrión enarcó las cejas.
- ¿No vas a contarme como fue con Baji? – le dijo Takemichi.
- Ah, nada el taxi nos dejó justo en la puerta del edificio, vimos que ambos íbamos al mismo portal y me explicó que al parecer su madre es la mujer que vive en el quinto y a veces me compra comida para gatos. Nada más.
- ¿Nada más? – gritó Takemichi.- Baji era tu vecino e ibais al mismo instituto y encima su madre compra en tu tienda. ¿Eres consciente de que es una estrella?
- Lo soy.
Realmente no lo era, cuando estaba con Baji lo sentía alguien cercano y no la persona inalcanzable que la gente veía. ¿Por qué? Chifuyu se estremeció. Quería contarle que Baji se había ofrecido a ir un día a ayudarle con la tienda, pero no estaba seguro de si Takemichi sería capaz de guardar el secreto o sería incapaz debido a que era fan. Decidió no contarle nada hasta el momento, si la noticia se filtraba ambos tendrían problemas, y sabía que Baji quería discreción. Tampoco le comentó que Baji le había dado su móvil real, ni que el que les había enviado el mensaje era el de Sanzu y no el del guitarrista.
Cuando Takemichi se fue, Chifuyu volvió a pensar si debía enviar el mensaje y que debía decir. Volvió a abrir la conversación inexistente observando la foto de perfil. En ella salía Baji tocando en un concierto. Se le veía fiero, agresivo y duro, nada que ver con cómo era en realidad. Él había podido ver las dos caras de la persona, como era una persona segura, salvaje y explosiva en el escenario y al bajar de él un chico bonachón, sincero y un poco torpe. Estaba seguro que, de no haber hablado con él esa misma noche, Chifuyu habría salido de la sala pensando que Baji era el típico famoso altivo, que sabía que era atractivo y se aprovechaba de ello para dormir cada noche con una persona diferente. Solo de pensar eso se estremeció. ¿Por qué estaba pensando si quiera en cómo era la vida sexual de Baji? Salió de sus pensamientos y volvió a mirar el chat. Iba a enviar la dirección lo había decidido.
"Hola Baji, soy Chifuyu, no sé si lo decías en broma o no pero te paso la ubicación de la tienda por si te apetece pasarte algún día a saludar o lo que sea. También podemos tomar algo cuando salga."
No, sonaba muy desesperado, era el peor que había escrito sin duda. ¿Pero no había sido Baji en primer lugar quien le había dicho que le avisase para cualquier plan? Bueno, él podía permitirse decir algo así, era famoso al fin y al cabo y, si lo necesitaba podía montarse cualquier plan en cuestión de segundos. Si, Chifuyu sabía eso, pero por algún motivo sus palabras sonaban sinceras, sonaban como si realmente quisiera hacer algún plan con él. Fue a borrar por enésima vez el mensaje para volverlo a escribir. De repente el mensaje desapareció de la caja y apareció en la conversación. Mierda, lo había enviado. ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? ¿Desaparecer era una opción? Había enviado sin duda el peor de todos. De perdidos al río, pensó y envió otro mensaje con la dirección de la tienda. Puso el móvil en silencio y lo dejó boca abajo sobre la mesa. No quería saber cuándo llegaba la respuesta, no quería leerla. Había tenido suerte de caerle bien a Baji porque pensaba que era guay en secundaria, pero no lo era y ahora iba a darse cuenta. Tenía la opción de hacerse amigo de un famoso que parecía agradable y con los pies en la tierra pero lo había echado a perder. Esperaba el mensaje que dijera:
"Gracias Chifuyu, ya te avisaré, estoy un poco liado"
Sabiendo que era una falsa promesa para no decirle que lo había pensado mejor y no iba a ir. Que solo estaba siendo amable y buscando un tema de conversación. ¿Por qué estaba nervioso? ¿Por qué le estaba importando tanto lo que pensase un famoso sobre él? Solo era una persona y, en opinión de Chifuyu, una persona bastante sencilla. Suspiró girando el móvil y vio que tenía tres mensajes nuevos. ¿Ya había respondido? Imposible. Tenía que ser Takemichi. Desbloqueó el móvil dándose de bruces con la conversación de Baji, donde el guitarrista ya había respondido.
"Ey Chifuyu! ¡Genial! Mañana tengo plan con Tora y Mitsuya, pero puedo pasarme el martes por la tarde y luego vamos a tomar algo a tu casa. ¿Como lo ves?"
El primer mensaje lo había enviado prácticamente al momento de recibir el suyo, en cambio había dos minutos de diferencia con los otros dos:
"Bueno no quiero sonar acoplado a tu casa, disculpa, es solo que prefiero no estar en sitios públicos mucho rato sin Mucho. ¡Pero si conoces algún lugar tranquilo y de confianza podríamos ir! ¡O bueno podemos verlo el martes mejor! Quizá estás cansado y no te apetece."
El tercer mensaje era un sticker de un gato con la palabra "Sorry" debajo. Chifuyu no pudo evitar reírse al imaginarse la situación. ¿Estaba Baji igual de nervioso que él al enviar el mensaje? Volvió a leer el mensaje, tomar algo con Baji el martes, le sonaba inverosímil. Seguro que más de un fan pagaría miles de yenes para tener la oportunidad que Baji le estaba proponiendo. Pensándolo bien, la mayoría de fans pagarían millones de yenes solo para que Baji fuese a visitarles a su casa, y a el le había pasado gratis esa mañana, no solo eso, si no que indirectamente él era quien había bautizado a su gato. Trago aire antes de contestar.
"El martes genial, vamos viendo, ¡pero casi siempre me apetece tomar algo para desconectar! Cualquier cosa llámame, no suelo leer los mensajes cuando estoy trabajando."
Baji releyó sus mensajes y se echó una mano a la frente, seguía siendo igual de negado para hablar con la gente como hace unos años. Las entrevistas y la prensa eran otra cosa, ahí solía tener un guion e interpretaba un personaje. Sanzu le había dicho que tenía que aparentar ser alguien duro y frio porque esa era la imagen que transmitía cuando estaba tocando y porque así tendría más éxito. No había objetado, de hecho, le parecía bien, le parecía más sencillo eso que abrirse completamente delante de las cámaras. ¿Pero enviar mensajes a alguien que acababa de conocer? Eso era otra cosa. Kazutora echó un vistazo a la pantalla de su amigo para ver con quien hablaba, no consiguió ver nada, aunque ya tenía una corazonada.
- No has hecho caso al consejo de Koko, ¿verdad? – dijo finalmente dándole un sorbo a su taza de té.
- ¿De qué hablas, Tora? – dijo Baji mientras se guardaba el móvil en el bolsillo. - ¿Qué consejo?
- No darle tu teléfono a nadie para evitar las filtraciones a la prensa. Estabas hablando con Chifuyu.
- No estaba hablando con él, era mi madre, idiota.
- Era la foto de perfil de Chifuyu. Yo envié el mensaje desde el móvil de Sanzu, ¿recuerdas? – el resoplido de Baji le confirmó que el farol que acababa de tirar no estaba equivocado, realmente estaba hablando con Chifuyu. – No seré yo quien te eche la reprimenda, pero estás jugando con fuego, Kei.
- ¿Por qué?
- Porque él no es un fan que perdería el culo por pasar una noche contigo. No está interesado en ti, solo está siendo agradable.
- Kazutora, - el de ojos dorados se estremeció al escuchar su nombre salir de los labios de su amigo, nunca le llamaba así. – a ver si te entra en esa cabeza hueca de una vez que no estoy buscando tener una noche loca con él, ni nada parecido, solo estoy buscando ser su amigo.
- Está bien, está bien, me alegro de que hagas amigos, solo no dejes que te hagan daño ¿si?
Escucharon la puerta del garaje abrirse y al poco subió Shinichiro con las manos llenas de grasa, dirigiéndose con un poco de prisa al lavabo.
- Vuelves a tener moto, Keisuke.- dijo desde el lavabo.- Ha sido un poco terca al principio, pero vuelve a ir como el primer día.
- Mil gracias, Shin. Te he hecho un té, aunque no se si estará frio.
- No esta frío, está helado y más con el frio que hace en esta casa. - Entró en la conversación Kazutora. - ¿Qué hay Shinichiro como va todo?
- Hombre, si está aquí el tigre también. – dijo desde el baño. - Estoy de acuerdo con él, un poco de calefacción no le vendría mal a esta casa.
- ¿Dadme una tregua, no? Acabo de llegar, no me ha dado tiempo a encenderla.
Shinichiro se sentó en la mesa con ellos tras saludar a Kazutora con una palmada en el hombro y, nada más sentarse el de ojos dorados soltó la bomba que llevaba tiempo queriendo soltar, como había visto a Mikey comerse con los ojos a Takemichi. Su primer argumento era que Mikey había estado ausente toda la cena y sin protestar mientras hablaba con él. Apenas había hecho comentarios sarcásticos o se había quejado porque alguno de los platos no era de su gusto. Se había mostrado más amable que de costumbre y había sido más cercano de lo que solía ser con los fans.
- Vale Kazutora, veo tu punto. ¿Pero por qué crees que mi hermano quiere llevarse a ese chico a la cama?
- Porque se ofreció a ponerse en medio en el coche de Sanzu. Hasta aquí ya es raro, ¿verdad? – dijo Kazutora, a sabiendas de que el cantante odiaba ponerse en medio de los coches y siempre lo evitaba a pesar de que por altura es al que debería tocarle. – Pero lo que me acabo de confirmar todo es que para llegar al parking teníamos que subir unas escaleras, yo iba a pasar detrás de Takemichi, porque estaba a su lado, pero Mikey me apartó y subió el detrás del chico. No tengo pruebas porque iba detrás, pero estoy seguro que era para mirarle el culo.- los otros dos chicos rompieron a reír. - ¿Qué pasa?
- Tora, no te lo tomes a mal, pero creo que eres el único que utiliza las escaleras para mirarle el culo a la gente.
- No veo a mi hermano, haciendo eso la verdad. – dijo Shinichiro sin poder contener la risa. – Además el siempre ha dicho que es más de pecho que de culo.
- ¡Pero los chicos no tienen pecho, así que solo queda el culo! Díselo Kei, a ti también te gustan los chicos os fijáis en eso ¿verdad?
- Yo es que soy más de culos, independientemente de su género. - dijo entre risas vacilando a su amigo. – Pero no hago pasar delante de mi a la gente que me gusta para mirarle el culo.
- Mira, paso, no vuelvo a contaros nada.
- Perdón Kazutora, es solo que creo que conozco a Mikey y no le veo haciendo esas cosas, pero igual tienes razón.
- ¡Claro que la tengo! – dijo Kazutora frustrado.- Siempre me fijo en estas cosas.
- Igualmente Takemichi tiene novia, que además Mikey la conoce, por mucho que le haya mirado el culo no creo que pase de ahí.
- Venga tio, era un fanboy, si Mikey le dice arrodíllate, lo va a hacer sin rechistar y no va a acordarse de su novia. No son cuernos si es con un famoso.
Tras la frase Shinichiro y Baji no pudieron aguantarse más la risa ante la ocurrencia de Kazutora, provocando que este se enfadase soltando que ya irían a decirle que tenía razón cuando pasase. El resto de la tarde transcurrió con normalidad, Shinichiro se fue antes de que anocheciera dejando a los dos amigos solos. Baji sacó la guitarra para tocar un rato mientras Kazutora se abría una cerveza. Sabía que su amigo odiaba pasar mucho rato solo, y no le importaba que estuviera ahí mientras no le molestase. Sus dedos bailaban por las cuerdas mientras tocaba el repertorio de su banda junto con algunas de sus canciones favoritas de otros grupos. Kazutora le miraba con una sonrisa.
- ¿Recuerdas cuando éramos incapaces de tocar el acorde de fa?
- Ha llovido bastante desde entonces, pero si. – dejó la guitarra sobre el soporte que tenía en la pared para coger una cerveza y unirse a su amigo. – Usábamos tu guitarra los dos porque mi madre no quería comprarme una por haber suspendido.
- No saliste en todo un mes para aprobar los exámenes y conseguir que te la comprara. Y cuando por fin lo conseguiste volviste a suspender porque te pasabas las tardes tocando. – bebió un largo trago de su cerveza sumido en la nostalgia. – Pocos saben las horas que le dedicas para ser tan bueno, pero ya nos gustaría al resto tener tu oído para la música.
- Eso también se entrena, Tora. Si pasases el tiempo que dedicas a la fiesta tocando serías mil veces mejor que yo.
- Puede ser, - se encogió de hombros.- pero prefiero tocar otras cosas. Hablando de tocar, mañana vamos a salir de fiesta con Mitsuya y su nuevo novio, lo recuerdas ¿verdad?
- Lo recuerdo, tranquilo, no voy a dejarte de aguanta velas.
- ¿No es flipante? Mitsuya es el más popular de nosotros entre las mujeres y aún así a acabado con un hombre.
- No, no me sorprende en absoluto. Pero si tengo curiosidad en ver como es él.
Kazutora se encogió de hombros, él también la tenía. Todo el grupo sabía que Mitsuya llevaba meses viéndose con un chico. Lo que no esperaban era que el bajista, quien las noches después de los conciertos despertaba con una o varias personas desconocidas junto a él, se pasase toda la gira sin tocar a nadie, haciendo llamadas que duraban horas y suspirando por volver para verle. Tras una de esas llamadas Mitsuya entró en la habitación del hotel donde estaba la banda reunida para darles la noticia, había empezado a salir con ese chico. Tras las muchas insistencias de Kazutora había aceptado a traérselo de fiesta un día con todos, pero los únicos que finalmente se habían animado a conocerle eran Baji y, claramente, Kazutora.
Habían quedado en una sala de fiestas de confianza, la discográfica había accedido a dejarles ir sin Mucho porque los porteros y guardias de la sala eran de la misma empresa y no les importaba echar un ojo de más a cambio de un suplemento a final de mes. Aun así habían reservado la zona VIP para tener un poco más de intimidad. Las luces rojas de la entrada cegaron a Baji, el taxi acababa de dejarlos en la puerta de atrás para que pudieran pasar sin llamar la atención. Kazutora pidió en la barra una botella de Vodka para subirla a la zona VIP, captando la atención de algunos curiosos que estaban bailando en la pista. Estaba hablando más alto de la cuenta a propósito, Baji lo sabía, era su manera de que las chicas que estaban cerca se fijaran en él. La voz de que un guitarrista de la ToMan estaba ahí empezaba a fluir hasta que finalmente alguna se armaba de valor e intentaba coquetear con él. Si era del gusto de Kazutora le seguía el rollo y se dejaba comer la oreja sobre lo mucho que le gustaba y lo bueno que era. Él sabía que la mayoría no lo pensaban de verdad, solamente buscaban un polvo de una noche y una historia de la que presumir con sus amigas al día siguiente, pero mientras se diera lo primero a él le daba igual. Baji no podía culparle, él lo había hecho también en varias ocasiones, nunca se habla de lo difícil que es encontrar a alguien que se interese por ti de verdad cuando tu nombre aparece en todos los medios de comunicación. Subieron al reservado donde ya estaba Mitsuya, acaramelado en los brazos de un chico de pelo azul que debía medir más o menos como Draken. Les saludo incorporándose fuera del abrazo y les presentó.
- Chicos, este es Hakkai, mi novio.
- No me jodas, yo a ti te conozco. – dijo Kazutora. – Nos hemos visto en algún lado, ¿verdad?
- Si, soy el hermano de Yuzuha, hemos coincidido en varios conciertos. - dijo sonriendo y tendiéndole la mano. – Aunque nunca hemos hablado en condiciones ¿Qué hay?
- Buenas Hakkai, encantado, soy Baji. -Baji se adelantó tomando la mano que le había ofrecido el chico a Kazutora.- Por fin nos conocemos, Mitsuya ha estado todo el tour hablándonos de ti.
- Cuando le pediste salir casi se le para el corazón. – Añadió Kazutora. – Nos alegra que le hayas hecho sentar la cabeza.
- También me ha cambiado él a mí. Pero no hemos venido aquí a hablar de nosotros, hemos venido aquí a beber.
Hakkai levantó un vaso con su bebida mientras Kazutora levantaba la bebida que acababa de subir desde la barra y le susurraba a su amigo la buena decisión que había tomado con ese chico.
Baji perdió la cuenta de cuantas veces bajó Kazutora a buscar una botella a la barra, o cuantas veces le lleno de nuevo el vaso cuando estaba distraído. No recordaba cuando la música había empezado a sonar tan alto ni quien era la chica que estaba besándose con Kazutora en el backstage. Necesitaba ir al baño. Se levanto viendo como todo le daba vueltas, el alcohol que no sabía que había ingerido empezaba a hacerle efecto. Hacía meses que no se sentía así. Bajó la escalera hacía el baño a duras penas y agradeció que no hubiese cola para entrar. Ya no tenía edad para seguirle el ritmo de fiesta a Kazutora. En el baño escuchó a un par de chicos preguntarse si era el guitarrista que salía en la tele. Lo odiaba, odiaba que hablasen de él como si fuera un espectáculo, pero era el precio a pagar por vivir de lo que le gustaba. Se acercó a la barra a pedir un refresco, necesitaba azúcar. Le pidieron varias fotos, pero las rechazó cordialmente con las excusas que había practicado con Sanzu para no sonar creído, pero si les firmó un par de autógrafos en una servilleta, siempre con una media sonrisa pícara en la cara, interpretando el personaje que creían que era. Le debía todo a sus fans y le encantaba sentirse rodeado por ellos, pero odiaba cuando no tenía fuerzas para aguantarse a sí mismo y aun así tenía que ponerse la máscara de persona fría e imponente.
Cuando llegó al reservado solo la chica que no conocía estaba ahí, asumió que Mitsuya y Hakkai habían acompañado a Kazutora a vomitar. La chica no paraba de mirarle. ¿Le pasaba algo en la cara?
- Tu amigo me ha dejado a medias. - dijo la chica por fin. - Tal vez tu podías enseñarme si tus dedos son tan rápidos como parecen cuando tocas.
- Ingeniosa, pero lo siento, no robo las conquistas de nadie.
Si algo sabía hacer bien Baji era rechazar formalmente y sin dañar a nadie, lo había perfeccionado con la práctica. Tenía que estar de un humor muy concreto para querer ligar y esa noche no lo estaba, además tampoco quería aguantar a su amigo culpándole de su fracaso sexual de la noche.
- No soy la conquista de nadie, soy libre y puedo irme con quien quiera. - insistió la chica.
- Tienes toda la razón, disculpa la expresión, he bebido demasiado. Pero yo también soy libre de irme, o en este caso no irme, con quien quiera.
- Así que es verdad lo que dicen, que estás en la otra acera. - le provocó la chica.- Podríamos pasar una buena noche los tres, así todos conseguiríamos lo que queremos.
Baji rompió a reír saliendo de golpe de su personaje frio y misterioso. Esa chica acababa de insinuar que él quería acostarse con Kazutora, su amigo era la última persona con la que querría compartir cama, finalmente sucumbió a sus provocaciones.
- ¿Acaso no has escuchado el dicho de donde tienes la olla no metas la polla? – se golpeó el regazo para invitarla a sentarse. – Con Tora no, pero puedes acercarte y descubrir a que acera pertenezco.
La chica sonrió victoriosa y se sentó en su regazo. No le apetecía hacer nada de eso, pero en esos momentos no era su cabeza quien estaba tomando las decisiones. Antes de que pudiera decir nada la chica ya se había lanzado a su boca y estaba intentando abrirse paso con la lengua. Baji se estremeció, eso debería estar excitándole un poco. ¿Por qué no lo hacía? ¿Tan mal besaba la chica? No, no era el mejor beso de su vida pero definitivamente tampoco era el peor. ¿Quizá no le gustaba la chica? Bueno, no era quien el habría escogido, pero sin duda era guapa y tenía un buen cuerpo. Miles de preguntas más pasaban por su mente mientras el intentaba concentrarse en simplemente dejarse llevar, y se alegró de que por fin algo ahí abajo empezara a levantarse. Abrió los ojos y todo el alcohol que tenía en el cuerpo bajó de golpe cuando se dio cuenta de que era realmente lo que había provocado esa reacción en su cuerpo; estaba imaginándose que esa chica era Chifuyu. La bajo de su regazo con la excusa de que se sentía mal y tenía que ir al baño. Se apresuró a bajar las escaleras sin sentir ya ni un efecto del alcohol en su cuerpo y entró al baño para echarse agua en la cara. ¿Qué coño le acababa de pasar? Nunca le había jugado una mala pasada así el alcohol. Saco su móvil para leer un mensaje que le había enviado Mitsuya.
"Ya volvemos, Kazutora ha hecho un Kazutora y hemos ido fuera a vomitar. Pero ya está bien y con ganas de fiesta."
Tomo aire antes de responder al mensaje.
"Yo no me encuentro muy bien, creo que me voy a ir a casa, necesito descansar. ¿Podéis encargaros de él esta noche? Gracias."
No esperó el mensaje de vuelta, llamó al taxi y salió a esperarlo en la puerta trasera, junto a los dos guardias que había ahí. Cuando se subió en el taxi miró su móvil, apenas eran las tres de la madrugada. Valoró enviarle un mensaje a Chifuyu para decirle que finalmente no podría ir a ayudarle con la tienda. ¿Cómo iba a mirarle a la cara? Se lo había imaginado encima suyo comiéndole los morros y algo en él había despertado. Lo peor de todo es que sabía que esa imagen no había sido producto del alcohol, que algo dentro suyo sabía que todo lo que había dicho Kazutora los días anteriores era verdad, que realmente le gustaba Chifuyu desde que había ido a secundaria. Pero otra parte de él había dicho la verdad, la parte de él más sensata se sentía a gusto hablando con Chifuyu y no quería verlo como un ligue de una noche. Quería ser su amigo y conocerle. ¿O quizá quería algo más?
Cuando llegó por fin a su casa apagó el móvil, quería dormir, deseaba pensar que todo esto era producto del alcohol y que mañana cuando se despertase todos esos pensamientos de tener a Chifuyu encima suyo habrían desaparecido, como si fuese un mal sueño. Pero sabía bien que el alcohol solo le estaba haciendo ser consciente de lo que ya llevaba tiempo pensando. Que el cabrón de Kazutora le había calado desde el primer momento.
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