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El Nino De Los Ojos Azules Gojohime Cancelada

Este capítulo estará centrado en Utahime

Espero les guste antes de regresar con lo sucedido con Yoshio y Gojo en aquella desastrosa misión

Aun así, este capítulo es importante para lo que se viene

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¿Qué tienen en común las palabras dichas por un anciano y por un niño?

Que ambas tienen tintes de ternura, realidad y a veces un tanto de dolor



Domingo, 10:00 a.m. en Kioto

—¿Cómo le estará yendo a mi niño?

Pregunto Umeko de manera cálida, como solo una abuela lo suele hacer, con mucho cariño y anhelo

Su hija solo hizo una mueca y puso los ojos en blanco

—Pues por la foto que me mando ese idiota, parece que ambos se estaban divirtiendo bastante en el desayuno— sonaba un poco molesta

Utahime empezó a mover y golpear con más fuerza la escoba contra el suelo levantando el polvo, parecía no estar de humor

—¡Solo espero que Satoru este cuidando de MI HIJO como debe ser, espero que no le haya dado demasiada azúcar en el desayuno y que lo regrese SANO Y SALVO a la hora acordada!— dijo a regañadientes

Ambas mujeres estaban haciendo un poco de limpieza y purificación antes de abrir el santuario

Ellas preparaban la tienda y el recibidor para los típicos visitantes y creyentes que van los domingos por la mañana

Mientras las aprendices de Miko preparaban los altares y el lugar de la purificación

—¡Yo también espero que ese Imbécil de cabellos blancos no esté poniendo en peligro a mi asistente y futuro sucesor! — dijo Mamoru terminando de prepararse con su vestimenta blanca

Su esposa bufa un poco por aquel comentario
—Querido, Pensé que seguías enojado con Yoshio—

—Con ese niño ya no estoy molesto porque siempre se sale con la suya como el buen Iori que es— empezó a mover su mano derecha levantando su dedo índice

—¡Pero con el que sigo furioso es con el idiota de su padre, aún me debe mi Pagoda!— dijo aquel abuelo en un tono serio y apuntando al techo

Su esposa río un poco y se llevó una mano a la cadera
—Haz estado molesto con el pobre Satoru kun desde hace más de 16 años, ya es hora que dejes de odiarlo—

—Ese Imbécil no se merece ni mi respeto ni mi bendición y quizás lo siga odiando hasta el día que me muera ¡Así que ya deja de defenderlo mujer! Ese idiota siempre fue tu hechicero favorito— soltó aquel sacerdote aún molesto

—¡Por favor Querido, Satoru kun es buena persona!— su esposa le respondió alegremente

—Yo sé que hubo un tiempo en que si extrañabas el verlo por aquí, sobre todo cuando estaba más joven— Umeko tenía una sonrisa en sus labios
—Recuerdo que hasta decías que lo querías de yerno — dijo con dulzura mientras su marido torcía la boca

Umeko sonrió un poco por la actitud de su marido, en el fondo ella sabía que ese gruñón quería a su manera a aquel hechicero que decía odiar

—¡Eso fue hace muchos ayeres, cuando él solo era un niño! Después creció y se volvió insoportable— tomo un sombrero negro de sacerdote

—¡Y Nunca lo extrañe ni lo extrañaré! El que haya regresado debe ser un mal presagio de nuestros kamis — aquel hombre miró un momento al techo mientras se amaraba su sombrero sintoísta

Después de unos minutos de silencio, aquel anciano suspiro de nostalgia mientras miraba al techo... su voz sonaba más tranquila

—Al que sí extraño en este momento es a Yoshio ... Como extraño a ese pequeño...— lo dijo con demasiada melancolía

Umeko se acercó a su esposo y le ayudó a acomodar las mangas de su traje

—También yo lo extraño, lo bueno es que hoy en la tarde ya regresa nuestro tesoro — dijo su esposa sonriéndole con amor

—Aun así, cuando nuestro nieto regrese le haré una limpia — soltó Mamoru con una sonrisa

—¡Hay amor!— Umeko le dio un tierno beso en los labios — Deja de ser tan gruñón con esos dos, Te va a dar algo—

—Querida, con Gojo Satoru nunca se sabe que puede pasar, no sabes con qué mala maña puede regresar Yoshio... — su esposo le regreso aquel tierno beso

A pesar de que cada uno tenía un carácter opuesto, esos dos ancianos se seguían amando como dos jóvenes

Utahime suspiro por todo aquello mientras sujetaba la escoba...

Ella como madre era la principal que extrañaba demasiado a ese niño ... pero tampoco iba a admitir frente a sus padres que también extrañaba a Gojo en aquel momento

Y más que había sido una semana caótica desde su regreso

—Satoru... Yoshio...— soltó en voz baja mientras sus manos descansaban en el extremo de la escoba

Pero para hacer más melancólico su día...Un extraño presentimiento empezó a invadirla

Utahime sentía su corazón latir demasiado rápido y tenía la necesidad de saber si su hijo se encontraba bien, era como si "algo", un instinto de madre le advirtiera que algo malo iba a pasar

Y aquel sentir se hizo más fuerte cuando su celular vibró varias veces

Primero le llegó un mensaje de Gojo con una foto adjunta donde podía verse a su hijo muy alegre junto a su padre

Gojo:
–"Utahime, iremos a la torre de Tokio y de ahí llevare a Yoshio a Kioto" "Espero nos estés extrañando de-bi-lu-cha"♥ "Ojalá estuvieras aquí"

Una leve sonrisa iluminó su rostro mientras hacía zoom en aquella fotografía

La azabache observo con determinación a su hijo, quien se veía muy alegre en aquel apartamento y vio que llevaba puesta la sudadera de su anime favorito

Aquella sería la única y última foto que recibiría de su hijo aquel día ...




Cuando Utahime iba a contestar aquel mensaje, otra notificación apareció frente a ella y ese era un mensaje de su novio

Kenji:
–"Suerte en el santuario este día mi amor, espero que Yoshio llegue bien, ya quiero que sea el jueves para llevarlo a su partido de béisbol y disfrutemos esa tarde los tres juntos como siempre lo hemos hecho ... Te amo Utahime"

La azabache se quedó observando por un momento aquel mensaje

La pequeña y un tanto incomoda conversación que tuvieron ayer sobre "casarse" y "formar una familia" la dejo muy pensativa

—¿Debería aceptar casarme con Kenji y que este le dé su apellido a Yoshio por su bien? ¿Realmente lo amo demasiado para darle el sí? ¿Sería buena idea formar una familia al lado de este hombre?

Eran algunas preguntas que cruzaron por su ya agitada cabeza y ante esa última pregunta posó con delicadeza su mano sobre su vientre...

Después de esa improvisada charla, Utahime evito el tema durante su cita del sábado y decidió no tocar el tema durante la noche ni en el amanecer junto a su novio

Por suerte, ese día Kenji se encontraría fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo y aquello le dio un respiro a la azabache para pensar más claramente las cosas

Amaba a su novio, pero el hecho de que Gojo regresara le había hecho un revoltijo emocional, haciendo que de nuevo sus sentimientos salieran a flote después de seis años

Una confusión se venía dentro de ella, así como un mar agitado y furioso por respuestas... nadie puede mandar en el corazón

Mordió suavemente su labio inferior y le contesto a su novio

Utahime
—"Te veremos el jueves mi cielo... igual te amo"

Utahime suspiro y regreso al mensaje de Gojo, realmente no sabía que responder a aquello

Su corazón latía demasiado al ver a esos dos juntos, padre e hijo mirando la cámara, pero se le rompía un poco porque ella no estaba ahí con esos dos

Su parte de madre preocupona estaba desesperada por llamarles para asegurarse de que todo estuviera bien y regañar a Gojo si fuera necesario

Pero las palabras que Shoko le dijo aquella mañana la detenían:

"No seas tan preocupona, ellos estarán bien, no tienes que llamarles cada cinco minutos"

Utahime inhalo demasiado aire, inflando demasiado sus pulmones como si fuera a cantar

Lo contuvo por unos segundos y después exhalo su aliento mientras contestaba lo más "normal" posible

Utahime:
–"Qué se diviertan y regresen a la hora acordada ¿Ok? Idiota"

Bloqueo aquella pantalla y se llevó aquel celular al pecho por un momento

—También yo los extraño a ustedes...— Aquel mal presentimiento aumento — ojalá todo este bien — se dijo en voz baja con pesar

No lo quería admitir, pero deseaba estar con esos dos de ojos azules

Aquel extraño presentimiento no dejaba de invadirla

—Quizás solo son mis nervios, si debe ser eso... así que tranquila Utahime... todo estará bien, aunque todo puede pasar con el idiota de Gojo— se contestó a si misma mientras guardaba su celular y seguía barriendo aquella entrada

Umeko observo aquel comportamiento de su hija, sabía que algo la tenía inquieta pero ya no pudo preguntar en aquel momento porque llegó la hora de trabajar

—¡Muy bien! ¡Es hora de abrir el santuario! ¡Suerte a todos!— dijo Mamoru en voz alta mientras se acercaba a las puertas y recibía a los feligreses dándoles las bendiciones

El día para aquel santuario apenas había comenzado




Pasadas de la una de la tarde...

Mientras Gojo, Yoshio e Ijichi entraban en aquella pantalla en Tokio para cumplir la misión encargada al hechicero más fuerte

Las cosas en Kioto con Utahime tampoco iban tan tranquilas después de todo

—Y ¿Dónde está el pequeño? Siempre lo veo los domingos aquí vendiendo con ustedes y hoy no lo he visto para nada— comento una anciana que estaba siendo atendida por madre e hija

—Este fin de semana se fue a Tokio con un familiar...— contesto Utahime con una linda sonrisa

—¡Oh ya veo! ¡A ese niño inquieto al fin se le cumplió su sueño de ir a Tokio ¿Eh?— contesto aquella señora

—Así es Fuku sama, mi nieto por fin pudo ir Tokio y que mejor que ir de la mano de su padre — contesto Umeko muy alegremente

Utahime le lanzó una mirada fulminante a su madre por ser muy chismosa con aquella mujer

—¿Acaso se fue con tu novio, Utahime san?— pregunto con curiosidad aquella anciana

—En realidad...— Utahime fue interrumpida

Su madre fue más rápida en contestar aquello, sentía la necesidad de sacar aquello de su pecho

—Al contrario, Yoshio al fin conoció a su padre biológico ¡Gracias a los kamis!— comento Umeko con gran alegría

—¡Mamá!— Utahime dijo entre dientes

—¿Qué? El que Satoru kun haya regresado yo lo considero como una bendición — soltó Umeko mirando el rostro rojo de molestia de su hija

Utahime torció los labios en señal de desaprobación y hasta una vena se le marco en la frente

—Me alegra que ese pequeño ya tenga presente a su padre biológico — soltó aquella cliente

—Un niño siempre necesitará de sus dos progenitores, aunque ellos dos ya no estén juntos— la anciana miro a Utahime con una cálida sonrisa

Utahime solo fingió una sonrisa
—Si...Gracias— soltó entre dientes

—Bueno, espero ver pronto a ese niño bendito, me lo saludas de mi parte Utahime san, nos vemos Umeko san— aquella anciana se despidió con la mano alzada y salió de aquella tienda de recuerdos

Utahime suspiro pesadamente mientras su madre despedía a aquella mujer

—¡Mamá, No tienes que decirle a todo el mundo que el padre mi hijo regreso! — Utahime cruzo los brazos

Umeko se puso a acomodar unas emas que tenía a la vista

—¿Y por qué no? Como dije para mi es una bendición y una carga menos de conciencia el que Yoshio por fin haya conocido a su verdadero padre— respondió aquella mujer mientras escribía algo en una de aquellas tablilla de madera

—Que Gojo siempre te haya caído bien no es motivo para presumirle a todo mundo su regreso— Utahime seguía con los brazos cruzados

—Vamos Utahime, Yo sé que Satoru se está esforzando en todo esto... además — Umeko fue a colgar aquel ema con algo escrito en aquella jinja que tenían en la entrada de la tienda
—Deberías darle una oportunidad—

—Pero ya se la estoy dando, le estoy dando la oportunidad de que conviva con Yoshio como ustedes sugirieron — respondió su hija llevándose las manos a la cadera

Después suspiro de pesar ya que aquel extraño presentimiento se hizo más y más persistente en aquel momento

—¿Qué estará pasando con esos dos?— se preguntó mentalmente mientras seguía a su madre, quien seguía hablando alegremente

Algo en Utahime le decía que las cosas andaban mal con Yoshio, pero la plática de su madre le desvió por un momento de aquel presentimiento

—No me refiero únicamente a esa oportunidad hija...—Umeko la miro fijamente como cuando una madre detecta la verdad

— Lo he notado, tu aún sientes algo por él y él por ti, creo que NO estaría mal que también le des una "oportunidad" a Satoru de ser algo más, de "recuperarte" — comento su madre acomodando aquella tablilla

Utahime sintió sus mejillas arder de pena por aquello que dijo su madre

—¡¿Ahora estas de su lado?! ¡Madre! ¿Acaso olvidas que yo ya tengo novio? Yo ya tengo a Kenji— levanto y movió sus manos de molestia

—No necesito a otro hombre en mi vida ¡Y mucho menos a alguien como Satoru!— se opuso rápidamente y de nuevo volvió a cruzar sus brazos sobre su pecho

—No lo niego, Kenji es un gran hombre que te ama, te respeta y te acepto tal y como eres y acepto a Yoshio como si fuera su hijo propio — comento Umeko con una voz tan serena que parecía en trance
—Pero yo sé que aún amas a Satoru...—

—¡No lo amo!— soltó Utahime furiosa
—¡Lo odio por todo lo que paso hace seis años y por todos los años que me molesto en mi juventud y cuando era una hechicera!— sujetaba con fuerza las mangas de su camiseta blanca

—Si lo odiaras tanto como dices Utahime, en primera sé que hubieras huido de Satoru sin "excusas" desde el momento en que lo volviste a ver y NO nos hubieras hecho caso ni a mí ni a Shoko de hablar con él por el bien de su hijo... tu eres necia solo cuando te conviene mi niña — su madre empezó a enumerar aquellas razones

Utahime entrecerró los ojos mientras Umeko seguía hablando

—En segunda, "si lo odiaras" no te estarías comportando de esta manera cuando uno lo nombra, sobre todo después de ese chupete en el cuello que te duró varios días y que queda más que claro que Satoru te lo hizo porque él aún te ve como suya— su madre parecía saber toda la verdad

Utahime abrió enorme los ojos y cubrió con su mano un momento su cuello

—Y en tercera y lo más importante es que puedo asegurarte que si de verdad lo "odiaras", tu hubieras abortado y no hubieras dado a luz a su hijo...— miro seriamente a Utahime

—Como tu madre, yo sé que aún sientes algo por Satoru como en tus años de juventud— Dijo Umeko con un tono de autoridad y cruzando los brazos

Su hija se contuvo de hacer una mueca frente a su madre porque le dolieron aquellas palabras

—Solo estas de su lado...— Solto Utahime a regañadientes y con sus manos hechas puños

—Solo estoy del lado de la verdad...hija— soltó Umeko mirándola seriamente

Después de un intercambio tenso de miradas, la azabache respiro profundamente porque sabía que su madre decía una dolorosa verdad

Umeko se acercó a su hija

—Yo sé que aún lo amas Utahime y sé que quizás aún hay oportunidad de que ustedes dos por fin sean la familia que siempre debieron ser — acarició su brazo

Pero Utahime seguía mirándola con un tanto de molestia

—Entre él y yo ya no hay oportunidad madre...— soltó seriamente haciendo a un lado la mano de Umeko
—Gojo nunca cambiara ni dejara de ser un mujeriego —

Pero su madre le sonrío tranquilamente
—Todo a su tiempo mi vida, algo me dice que todo puede pasar y hasta el peor hombre puede cambiar cuando de verdad quiere ... solo dale una oportunidad y ya no te enojes tanto con el—

En aquel momento y como una visión de los dioses, a Umeko se le vino una idea mientras miraba como su hija trataba de ignorarla mirando hacia el otro lado

—Utahime ¿Qué te parece si esta noche invitas a Gojo a cenar contigo y con Yoshio?— sugirió Umeko llevando una mano a su cadera

—¿Qué?— soltó su hija sorprendida

—Una deliciosa cena no les vendría nada mal— la voz de Umeko cambió a una de felicidad pura

Utahime miro a su madre con una mueca de desaprobación

—Pobre de mi niño, quizás llegue muy cansado por el viaje y quiera comer algo delicioso e igual para Satoru, ser padre de un niño muy ingenioso debe ser cansado para él y una deliciosa cena preparada por ti no les caería nada mal ¿Qué opinas?— dijo su madre con una gran sonrisa

Utahime suspiro y relajo los brazos
—Lo pensaré... aunque no me agrada el tener que hacerle de cenar a Gojo—

—Tranquila hija, yo sé que a él siempre le gusto tu comida — contesto Umeko regresando dentro de la tienda

La azabache la siguió en silencio

En aquel momento, Utahime saco su celular al sentir que volvía a vibrar

Tenía la esperanza de que fueran noticias de su hijo ya que aquel mal presentimiento regresó con más fuerza

Pero no era el mensaje que Utahime esperaba... este era un mensaje de Shoko

La preocupación podía verse en su rostro y más que ya llevaba varias horas sin noticia de esos tres

—¿Todo bien hija?— pregunto Umeko al ver a su hija mover su pie desesperadamente

—¿Eh? Si... es solo un mensaje de Shoko, dice que ya está viendo algunos adornos para el cumpleaños de Yoshio — la pobre no quería preocupar a su madre así que fingió una sonrisa

—¡Oh cierto! Mi niño ya va cumplir seis años en dos meses, que rápido pasa el tiempo, aún recuerdo cuando era un bebé — junto sus manos como si arrullara a un bebé

—Y pues estamos viendo todo para hacerle su fiesta después de los días del Obon— comento Utahime guardando su celular

—Yo sé que le gustará su fiesta — Umeko abrió grande los ojos y tronó sus dedos

—¡Oh Cierto! Yoshio ya está en la edad donde empezará a desarrollar sus poderes de hechicero ¿No es así? — una sonrisa melancolía apareció en el rostro de aquella anciana

—Aún recuerdo cuando descubrimos tu técnica maldita Utahime... tu hermosa voz... me pregunto ¿Cuál será el poder de mi pequeño? —

—Pues, según lo que comento Gojo, al parecer Yoshio desarrollo los seis ojos... aunque creemos que desarrollara una técnica maldita más... si es así si, solo espero sea una por parte de esta familia — dijo Utahime dando unos pasos hacia el jardín para ya alejarse de su madre

—Pero hay que tener muy presente que por sus venas corre sangre del clan Gojo y siendo descendiente de Sugawara-no-Michizane, no sabemos si su poder maldito sea similar al de su ancestro— comento Umeko acomodando las demás emas —Si es así, será un niño muy poderoso y temido—

Aquello parecía ser más una afirmación que una suposición por parte de aquella kuchiyose miko

—Sea un poder de esta familia o de ese maldito clan, yo aún defenderé la idea de que Yoshio no se convierta en hechicero...— Utahime suspiro pesadamente
—Iré a ver si papá necesita ayuda — camino sin mirar atrás

Toda aquella platica la dejo más confundida de cómo se sentía

Umeko suspiro por la actitud de su hija

Solo pedía a los dioses que Utahime aclarara sus sentimientos, no veía con malos ojos a Kenji pero sabía que su corazón aún era de Satoru

De repente un extraño y terrible presentimiento invadió a aquella mujer mayor

Una extraña brisa de viento entró a la tienda, moviendo con brusquedad el jinja tumbando únicamente el ema que Umeko había colgado minutos atrás

Aquella tablilla cayó al suelo ruidosamente, rompiéndose en varios pedazos, sobre todo la parte donde había escrito el nombre de su nieto

—¡Oh kamis! Qué Yoshio este bien...— Tomo aquella tablilla rota entre sus manos y empezó a rezar por su nieto...

Y tenía justa razón en hacerlo, ya que, en ese momento en Tokio su nieto estaba siendo secuestrado por dos hechiceros

Utahime sintió su corazón romperse, aquella preocupación vino acompañada de la imagen de su hijo gritando

¿Acaso era una visión? ¿Una premonición?

—¡Yoshio!— Utahime se recargo en la pared de aquel pasillo porque hasta la cabeza le empezó a dar vueltas

Sacó rápidamente su celular y trato de llamar una vez más a Gojo pero el número de este aun sonaba fuera de servicio

—Tsk, ¿Dónde demonios estarán? ¡Le dije que me avisara cualquier cosa!— dijo Utahime colgando y empezando a marcar el número de Ijichi

Pero también este número sonaba fuera de servicio

—No creo que sea la interferencia de la torre de Tokio ¿Oh sí? ¿Acaso si abran ido ahí? No lo creo...— sus dudas aumentaban a cada momento

—¡Iré a Tokio yo misma si es necesario!— soltó firmemente haciendo puños sus manos

Y cuando Utahime había decidido ir a Tokio en ese último momento

—¡Utahime sama! ¡Necesitamos de su intervención! ¡Hay un hombre poseído por una maldición!— grito una de sus aprendices, quien corrió rápidamente hacia ella ya que la necesitaban urgentemente

Utahime apretó los labios y los puños, también tenía trabajo que hacer en Kioto y si se iba, Shoko y Umeko pensarían que estaba exagerando

—¡Vamos!— dijo la azabache caminando de mala gana al lado de su aprendiz

—¡Espero que todo esté bien!— refufuño un poco refiriéndose a los dos de ojos azules

Llevo su mano al corazón y esperaba que aquella que fuera esa corazonada estuviera equivocada




El reloj marcó las cinco de la tarde...

El naranja del atardecer se empezó a hacer presente en el cielo de Kioto

Había sido un día muy agitado en aquel santo lugar donde la gente ya empezaba a retirarse a casa

Utahime por fin había salido del santuario de sus padres e iba rumbo a su casa a esperar la llegada de esos dos

Toda la tarde no había recibido mensaje o llamada de aquel albino ni del asistente y eso hacía que su ansiedad aumentará

La pobre trataba de tranquilizarse mientras veía una vez más aquella foto de su hijo y Gojo juntos

Sabía que no debía desesperar y que quizás solo estaba "exagerando"

Pero aquel sentir era muy persistente al igual que empezó a ser persistente su hambre...

El estómago de aquella miko empezó a rugir un poco, había sido un día muy agitado que ni tiempo tuvo de una merienda o de tomar el té

—Ya es tarde y debo ver que le prepararé de cenar a Yoshio...— se detuvo afuera de un pequeño local

—Puff, de seguro Gojo le lleno el estómago de azúcar, será mejor que le prepare algo más saludable —

Utahime empezó a elegir algunos vegetales que sabía que le gustaban su hijo

Por un momento, un recuerdo de Gojo comiendo algo que ella preparo hace años atrás regreso a su mente

Se maldecía internamente por sentir un vuelco en su corazón ante tal recuerdo con aquel hombre y sumado a las palabras de su madre

Hicieron que esta terminara cediendo a prepárales uno de los platillos favoritos del albino

—Espero no arrepentirme por esto...—
Dijo eso ultimo mientras llevaba en manos el pequeño poste que compró para esos dos

Un pequeño pastel con un "bienvenidos" escrito delicadamente



Cerca de las siete de la noche...

Utahime después de llegar a casa y de ponerse algo de ropa cómoda

Se puso a preparar la cena

Aquel platillo de carne con arroz y un poco de verduras no le llevó demasiado tiempo en preparar y el pastel estaba listo en el refrigerador para el momento del postre

—Espero les guste...— decía terminando de preparar la mesa

Los platos estaban listos en sus lugares y los vasos listos para ser llenados hasta el tope de agua de sabor, de té o de soda si era necesario

En cierta forma, aquello ilusionó a Utahime

—Supongo que será una cena familiar — se dijo con una leve sonrisa

Utahime sentía su corazón latir con demasiada fuerza, anhelaba ya ver a su hijo y a Gojo cruzar aquel umbral

Era una combinación de anhelo con algo de ansiedad, ya que aquel raro presentimiento aún persistía mientras los minutos pasaban

La azabache una vez más reviso su celular, la última conexión tanto de Gojo como de Ijichi fue cerca de la una de la tarde y de ahí no tuvo noticia de esos tres

Volvió a tratar de llamar a sus teléfonos, pero seguían fuera de servicio

—¿Pues qué tanto estarán haciendo esos tres para no contestar mis llamadas?— suspiro con preocupación

—¿Cómo estará mi pequeño?...— se cuestionó con demasiada angustia mientras se dirigía a la sala



El reloj ya marcaba las siete de la noche y aún no había señales de Gojo ni de Yoshio

—Dales tiempo Utahime... tranquila, todo estará bien... Gojo siempre ha sido un impuntual, pero todo estará bien...— Utahime trataba de calmar aquella ansiedad pero su pie se movía con demasiada persistencia

Así que mejor decidió sentarse en su sillón mientras esperaba a que esos dos llegarán

Ante aquella soledad, su mente seguía muy activa tanto por las palabras de su madre sobre que si "aún amaba a Gojo" y sobre cómo o por qué "debería darle una oportunidad"

—¿Cómo se supone que le dé una oportunidad a ese idiota? Si ni siquiera llega a tiempo a dejar a su hijo— dijo algo furiosa mirando que el reloj ya marcaba las 07:10 p.m.

Los minutos pasaban y Utahime seguía sentada en el sillón con una mueca en los labios

—¡Es muy sospechoso que ninguno de los dos me conteste! ¡Ash esta ansiedad me está matando!— trato una vez más de comunicarse con esos dos

Pero no le llegaba ni los mensajes a Gojo ni a Ijichi

Sentía como si le hubieran arrebatado a Yoshio de sus manos una vez más

—¡Tsk! ¡Si hubiera pasado algo, sé que Ijichi ya se hubiera comunicado conmigo! ¡Ash! ¡Maldito Gojo como te odio por llevarte a mi hijo!— se dijo molesta dejando su celular en la mesita de centro

—Oh quizás... ayer fui muy enfadosa con tantas llamadas que les hice que quizás hoy ese idiota decidió apagar el celular...— suspiro ante tal posibilidad acostándose en aquel sofá

—Satoru...— pronunció el nombre de aquel albino en voz baja

Por un momento, Utahime abrazo la almohada que tenía cerca y pensó en cómo se sentía respecto a Gojo...

—¿Realmente lo sigo amando? O ¿Acaso solo es mi ansiedad? ¿Acaso podemos ser una familia como dijo mamá? ¿Una oportunidad?... ¿cómo se supone que deba darle una oportunidad?
— Utahime se llevó la almohada al rostro

—Trate de sacar a Gojo de mi vida hace seis años e incluso le estoy dando la oportunidad a otro hombre que de verdad me ama y sé que no podría engañarlo, Kenji no se lo merece y más que él ha sido muy bueno conmigo ... pero...—Utahime volvió a llevar la almohada a la altura de su pecho

—Pero tampoco es como si deba casarme con Kenji ¿o sí? Tener una familia propia ...¿A quién de los dos amo de verdad?—Soltó un chillido de desesperación

— ¡Demonios que debo hacer! ¡Maldito Gojo por haber regresado en el mejor momento de mi vida!— se dijo a sí misma mientras llevaba su mano a su frente

Los minutos seguían pasando y no había señales aún de esos dos

Utahime volvió a mirar rápidamente el reloj de pared, el cual ya marcaban las 07:50 p.m.

—Ok Utahime, respira... A veces los trenes pueden llegar tarde, además Gojo siempre fue un impuntual a la hora de llegar temprano... solo dale esta "oportunidad" de seguro ya vienen en camino...—

Se decía a sí misma mientras seguía acostada en aquel sillón y trataba de tranquilizarse

Pero lo minutos no paraban y su ansiedad aumentaba con ellos



El reloj ya marcaba las 08:58 p.m. y seguía sin haber rastros de esos varones

Utahime se movía de un lado a otro en aquella sala...

La cena ya se había enfriado y los hielos en la bebida se habían derretido

Utahime no aguanto más, se sentía decepcionada de Gojo una vez más

—¡Ash! ¡Maldito Satoru! ¿Dónde estarán? ¡Demonios!— grito de impotencia mientras volvía a marcar aquel teléfono

Utahime se quería soltar a llorar mientras escuchaba por milésima vez aquel mensaje de fuera de servicio

—¡Si le paso algo a Yoshio, Juro que mataré a Gojo con mis propias manos! ¡Asi como quiere mi madre que le dé una oportunidad a ese maldito irresponsable!— estaba furiosa

De repente, alguien toco a la puerta de su apartamento

A veces... uno nunca sabe que o quien puede llegar a tu puerta con una sorpresa o con una noticia inesperada

—¡Ash! ¿Qué son estas horas de ...— Utahime se calló de golpe y abrió grande sus ojos al ver aquello que estaba parado en su puerta

Una punzada en el pecho se hizo de nuevo presente y hasta sus ojos se pusieron vidriosos por aquello que veía...

¿Qué será aquello que sus ojos presenciaron? ¿Quién toco a su puerta? ¿Un policía? ¿Un hechicero? ¿Kenji? ¿Gojo y su hijo?

Continuara...



•❅──────✧✦✧──────❅•

Pronto sabrán si Yoshio regresara o no con sus padres ...

Como dije, pronto volvería Utahime, así que quise plasmar un poco de ella en este capítulo porque de aquí en adelante, tanto la relación de ella y Gojo como Kenji cambiara significativamente

Pronto sabrán quien toco a la puerta

Espero les haya gustado este capitulo

El siguiente ya será la continuación de la misión de Gojo y la desaparición de Yoshio

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