40: CUMPLE OCHO
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-Vamos, Salo. No fue para tanto y además, sigues siendo mi bebé. - Íbamos de regreso a la casa.
Becky intentaba hacer que Salomé dejará su enojo, pero Salomé era un hueso duro de roer.
-Mamma... no soy un a niña. Estoy en último año de escuela, pronto iré a la universidad y me gritaste frente a mi novio.
-Que no es tu novio hasta que pida tu mano. - Becky aclaró y Salomé bufó.
-Y míranos, solo vio a dos madres orgullosas de su bebé yendo a buscarla. No vio a dos billonarias ni nada por el estilo.
-Sí, vio a dos mujeres llenas de residuos de comida frente a una mercedes edición limitada y personalizada con chófer. Vio a una madre gritar como si estuviese buscando a su hija en la primaria.
-Que sigues siendo mi bebé. - Becky se cruzó de brazos y Salomé me miró mientras se cruzaba de brazos.
Suspiré, estar presenciando una discusión entre madre e hija era algo raro y más cuando la hija siempre tenía la última palabra en todas y cada una de las discusiones.
-Amor, Salomé tiene razón. Ya no es una bebé, sigue siendo nuestra bebé, pero ya no lo es. Pronto cumple dieciocho y no puedes hacerle eso. Imagina si Papito-Suegro te hubiera hecho eso cuando te fuese a buscar. Si mis padres me hubieran hecho algo así... creo que me hubiera ido a Italia en ese mismo instante.
-Bueno... vale, pero eres mi bebé. No cambiará nada.
-No tiene que cambiar nada, solo... no salir corriendo gritando así en las condiciones en las que estas.
-Vale, lo prometo. Así no volverá a suceder.
-No, ni que suceda. Per favore, Mamma. - Salomé miró con un poco desespero.
-Si accedo a eso, no irás a Francia el viernes.
-No tengo problemas con quedarme. Me quiero quedar. -Salomé sonrió.
-Entonces, irás a Francia el viernes.
-Me quiero quedar, Mamma. No me gusta pasar horas en un avión.
-Y yo ya dije que irás a Francia el viernes. Vamos a celebrar el cumple ocho de Victoria y no puedes faltar. No hay discusión.
-Pero, pero... - Salomé me miró.
-Beck... no podemos obligarla.
-Claro que sí, aún no cumple dieciocho. Además es por las buenas o por el secuestro. Elige.
Becky habló muy seria y sabíamos que no jugaba con secuestrar a su familia.
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-¡Bien, todos en fila! - Hablé en alto y los ocho niño y la adulta se pusieron en fila.
-¿Todos con su equipaje para tres días? - Pregunté y todos asintieron mientras me mostraban sus mochilas.
-Yo llevo sus medicamentos. Los quiero a todos en el bus para ir al aeropuerto.
Y en fila todos se movieron ordenadamente.
-Beck, tú no.- la etuve a tomándola de su camisa cuando iba en último lugar.
-Cierto... Limón, David, Vale, Papito y los suegros estarán en el aeropuerto.
-Nam me llamó, ella vendrá pronto para quedarse a cuidar a los cachorros.
Becky apagó el TV y yo tomé mi mochila que permanecía sobre el sofá.
-Entonces, es hora de irnos de compras.
Nos subimos al bus donde ya estaban todos en sus lugares, incluyendo a seis guardaespaldas a parte de Toby, Saint y Engfa.
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-Iremos en avión privado, no podemos viajar en nuestro privado aún. Por algunos permisos, pero iremos bien. - Becky informó mientras llegábamos al área de los hangares.
Subimos al avión donde ya nuestra familia nos esperaba adentro.
-Vamos, hijita. Dime, ¿Becky si anda en esas cosas sucias tipo mafia? -Mamá preguntó cuando nos acercamos a la pequeña cocina cuando ya estábamos en el aire.
-Madre, Becky no tiene nada que ver con esas cosas... y si tanto quieres saber, pregúntale. - Me agaché para buscar unas servilletas.
-¿Preguntar qué a quién? - Sonreí al escuchar a Becky.
-Mamá te quiere preguntar algo, Becbec - Me puse de pie con servilletas en mano.
-Dígame, suegrita. - Becky sonrió.
-Ándale, mamita. - La reté y mamá nos miraba nerviosa.
-Es que... bueno... no es nada.
-En confianza, Nutawan. No tenga miedo, pregunte.
-Es que... ¿eres mafiosa o algo así?
-No, solo soy una persona que sabe hacer negocios, que sabe invertir y que siempre da diez veces su esfuerzo...
-Para conseguir la ganancia. - Concluí.
Volvimos a nuestros asientos, pero tres entes idénticos se acercaron.
-¿Qué ocurre? - Les pregunté.
-Kirk tiene miedo. - Song señaló a Kirk quien tenía cara triste.
-Venga, mi niño. - Extendí mis manos y se subió a mi falda.
-Venga. - invitó a Richie y a Song, Richie se subió sobre ella y Song sobre Emi que estaba junto a nosotras.
-Kirk, eres un niño muy valiente como tus hermanitos y hermanitas. - Le comenté mientras tomaba sus manos.
-No me gustan los aviones. - Lo abracé mientras volvía el tiempo atrás.
-Te contaré algo, antes a mi me daba terror los aviones, pero el miedo se me fue.
-¿Cómo?
-Pues, fui valiente cuando Mamma Blue me tomó de la mano y me prometió que anda malo me iba a pasar y que siempre iba a estar conmigo cuidándome. - Kirk giró para ver a Becky quien nos prestaba atención.
-¿Cierto, Mamma? - Becky asintió mientras extendía su mano y José la tomó.
-Cierto, y te prometo lo mismo, pero doble. No tienes que tener miedo porque siempre Mamá Avenida y yo vamos a estar contigo y con tus hermanos. No dejaremos que anda les pase. - Uní mi mano a las suyas.
-No tienes que tener miedo, cariño. Estamos aquí para ti... también están tus hermanos, tus tías y tus abuelos aquí.
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Engfa nos hizo señas cuando verificó que las camionetas que estaban estacionadas en el hangar eran las nuestras. Becky cargaba a Richie dormido, de una mano llevaba a Salomón, Toby a Richie, Saint a Kirk y yo llevaba de la mano a Victoria y Antonia.
-Solo quiero llegar y dormir. - Limón pasó por mi lado con David de su mano
-Yo igual. - Limón suspiró y nos acercamos para dividirnos en las camionetas.
Me subí y Becky tras de mi con los trillizos. Papito-Suegro y Emi fueron con Victoria, Antonia y Sarah.
Mientras que Limón fue con David, Salomón y Salomé.
-¿Dónde nos quedaremos? - Curioseé, pero cuando vi a Becky alzando una ceja, recordé.
-Olvídalo, se me olvidó que compras compulsivamente.
-Tenemos el apartamento, para el personal alquilé otro apartamento justo frente al nuestro.
-¿Qué haremos primero?
-Vamos a descansar, cuando sean las nueve de la mañana podemos ir de compras.
-¿Y la fiesta sorpresa?
-Los encargados de decorar deben llegar a eso de las once. Podemos regresar a la una.
Asentí mientras recostaba mi cabeza en su hombro. Todos estábamos cansados, eran las doce de la noche y aún nos quedaban unos buenos minutos de camino al apartamento.
Llegamos al apartamento donde nos recibieron las dos amas de llave.
Observé como la rubia sonreía cada vez que Becky hablaba.
-Vamos a las habitaciones. - Becky me tomó de la mano y las amas de llave nos escoltaron hasta las habitaciones.
-Para caber todos, los trillizos duermen con nosotras. - Asentí.
Ya con las habitaciones repartidas, todos nos fuimos a dormir, aunque entre Becky y yo habían tres seres que impedían que durmiéramos en nuestra posición favorita.
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Salí de la habitación cuando estuve lista, ya todos estaban preparados en la sala.
-¿Listos?
-Para ti siempre, preciosa. - Limón habló y me guiñó un ojo.
-Papito, controla a la Limón. - Blue se cruzó de brazos y Sunny se acercó a Limón
.-¿Vamos de compras?
-No, cariño, nosotros iremos a pasear, pero ya al medio día regresaremos. Por la tarde iremos de compras. - Mamá me explicó.
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-No los quiero corriendo, no los quiero jugando de manos, no los quiero con patinetas, no los quiero gritando, no los quiero peleando, no los quiero llamando al gerente para intentar comprar tiendas. - Iba repasando cuando nos bajamos frente a nuestro destino.
Observé como a Victoria se le iluminaron los ojos.
-Se me hace que esa última fue una indirecta para mi. - Escuché a Becky hablando con Salomé.
-Sí, para ti. Y para todos... -Metí la mano a mi bolso y saqué la chancla.
-Se me portan bien. - Volví a guardarla.
Entramos a la tienda, si hubiese sido en otro tiempo y en otras circunstancias, me impresionaría e intimidaría una tienda así, pero con Becky ya estaba acostumbrada.
-Recuerden que luego de aquí iremos a otra tienda. - Avisó Becky
-Salomé y Sarah, pueden ir ustedes por su cuenta. Cuando ya tengan lo que quieran, me llaman. Saint, Carol y André irán con ustedes. - Les informé y los cinco desaparecieron.
Mientras veíamos las cosas con ayuda de los asesores de la tienda, Victoria iba como si fuese una niña en una dulcería.
-¿Puedo? - Preguntó cuando vio un chaleco.
-Victoria, éste es tu regalo de cumpleaños. Puedes escoger lo que quieras. Mamma Blue te trajo especialmente para que lo hicieras.
Más de una hora más tarde, la tarjeta de Becky pasó.
No sabía a que tenerle miedo si al dinero gastado o a la cantidad de ropa, zapatos y accesorios nuevos.
Cuando salimos de la tienda, Becky se detuvo y observó lo que había dentro de la bolsa que ella cargaba.
-¿Ocurre algo, Beck? - Pregunté y ella miró a su alrededor, sabía lo que pasaba por su mente.
-Bien, decide que harás.
-Vuelvo rápido. - Volvió a entrar a la tienda mientras nosotros nos subíamos a las camionetas. Unos minutos más tarde, Becky salió con una gran sonrisa.
-¿Qué hiciste?
-Van a regalar bolsas con seis artículos a quienes lo necesiten. André va a quedarse para cerciorarse y pagar.
-Y luego porque Nam dice Mafiosa y mamá comienza a creerlo.
Becky sonrió de forma inocente y me dio un beso rápido, pero fue inevitable el "no" de los trillizos.
Tras unas horas de compras, de comer y que Becky aplicase la de siempre... pagarle la comida a todo el que entrara mientras estuviéramos allí, regresamos al apartamento donde dejamos a una muy feliz Victoria ir primero.
Abrió la puerta y dejó caer su bolso para llevarse sus manos a la boca, casi reacciono igual a ella.
El apartamento estaba decorado con temática de Frozen 2 y Emily rápido apareció para colocarle la capa azul a mi princesa.
-¿Mamis? - Victoria se giró y estaba llorando.
Becky se acercó a ella y la abrazó.
-No llores mi vida. - Me acerqué cuando los niños pasaron al interior del apartamento.
-Perdón por haberte fallado en tu cumpleaños anterior y en este número ocho, pero en este no estuvo en mis manos. Eres una de mis princesas, Victoria. Eres mi princesa menor... eres mi niña de ojos color avellana. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, para todos tus hermanos y para mamá. Que son ochos años para ti y son ocho años desde que fui bendecida con una princesa más en mi vida. Feliz cumpleaños, bebé. - Becky le habló sin dejar de abrazarla.
Tuve que secarme en par de lágrimas en mi rostro.
La fiesta sorpresa había sido un éxito. No necesitábamos más, nuestra familia unida y bailando cuantas canciones aparecían.
Mamá casi huyendo de papá. Papito-Suegro bailando con Limón. Emi con Blue. Salomón jugaba con Antonia. Salomé y Sarah comían.
Victoria cantando entre medio de todos. Fruncí el ceño al ver el baile que los trillizos hacían. Era un baile sospechosamente parecido al baile de la Trinidad.
-Beck... - Me acerqué a Becky quien rápidamente me tomó de una mano y Pulga me tomó de la otra uniéndome a ellas en su baile.
-Dime.
-Por curiosidad, ¿le has enseñado el baile a nuestro hijos?
-A mi no me mires. - Becky ladeó la cabeza.
Ahora Limón estaba al frente de ellos dándole indicaciones.
Se nota que quieren los capítulos🤭. Para el siguiente capítulo será de quince comentarios, los leoooo😎.
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